Volvemos a una casa blanca, abierta y con techo curvo en José Ignacio para comprobar que el buen diseño no pasa de moda

Los arquitectos Nicolás y Ana Mink estaban conformes con la casa en José Ignacio que hicieron para una pareja de creativos porteños. Les habían pedido “una propiedad de verano vivible, donde pudieran alojar a un par de huéspedes y hacer reuniones cómodamente”. Promediando la obra, la pareja tuvo un bebé, pero el planteo original seguía adecuándose bastante bien a la feliz situación. Con la llegada de su segundo hijo, ahí sí, se impuso la ampliación.

La vela que protege la galería se hizo con membranas Serge Ferrari, que tienen 10 años de garantía. Se trata de un producto de alta tecnología que requiere diseño, cálculo estructural y fabricación a medida.Juan Hitters

Para evitar más mampostería revocada en la ampliación, se hizo un velo de madera “que cae como un mantel que aún no se posó sobre la mesa”, como describían los arquitectos Ana y Nicolás Mink.

Levantada sobre pilotes para respetar el terreno ondulado, la casa se diseñó rodeada por decks de madera, en función de la naturaleza. Acá, un rincón de la galería bajo la vela.Juan Hitters

“La alta concentración de funciones exteriores íntimamente relacionadas y aun así claramente diferenciadas es uno de los mayores logros del proyecto”.

La ampliación se dio en las plantas altas: en el volumen de la derecha, se hizo una nueva suite; en el que está más en primer plano, se hizo un playroom. Larga y apaisada, una de las ventanas del living se proyecta sobre el deck.Juan Hitters

De la protección de la vela al techo curvo

Desde la galería se entra directamente a la nave principal de la casa, que reúne living, cocina y un singular comedor con mesa-isla de hormigón hecha en obra y sillas de madera y cuero combinadas con otras en mimbre.

“Como arquitectos, nos entusiasma romper con esa espacialidad urbana y típica de los departamentos que generan los cielo rasos planos”, nos contaban Ana y Nicolás.

Una sucesión de lámparas modelo ‘Aurora’ (Iluminación Agüero) dan luz puntual. Junto al nicho con estantes, tinta sobre papel del artista Grillo Demo. Gentileza Juan Hitters

Por qué hacer un techo curvo

Los apliques orientados hacia arriba proyectan delicados haces de luz sobre la bóveda.Juan Hitters
Separado del comedor por un desnivel de tres escalones, el sector del estar tiene una altura más baja que lo hace más acogedor. Sillón de cuero (Trading Post) y sofá en lino blanco (Dolores Álzaga) frente al hogar coronado por cuatro serigrafías compradas en José Ignacio. Juan Hitters
En planta alta, la terraza funciona como un fuelle entre la suite y el playroom/estudio. En la planta baja, la nave alargada que reúne cocina, living y comedor tiene techo curvo, y está junto a la pileta.Juan Hitters

La suite en planta alta

“Cuando hicimos la obra no existía la variedad de colores que hay hoy para el cemento alisado, por eso en la planta baja usamos blanco. Pero al proyectar la suite durante la ampliación, el propietario propuso pintar el piso y la escalera de azul para variar. Nos pareció una idea excelente”, cuentan los arquitectos.

La escalera y el piso de la suite en planta alta, pintados de azul.Juan Hitters
La cama vestida con una combinación de azul y blanco está escoltada por dos mesitas con tapa de mármol de Carrara (Laura O.) de diferente tamaño con sendas lámparas ‘Tolomeo’.Juan Hitters

La terraza mantiene una separación física entre el escritorio y el playroom respecto del volumen de los dormitorios reforzando la idea de liviandad de la ampliación.

Ubicada estratégicamente como una división, la terraza suma un espacio con otras vistas y otro grado de privacidad para disfrutar de la brisa fresca de la tarde.Juan Hitters

La ampliación sobre la zona de estar es una construcción mixta con perfiles de hierro, paredes y techo de madera con telgopor, membrana y varillas de lapacho como terminación exterior. Las paredes interiores están revestidas con terciados enchapados en pino y la chimenea es de mampotería revocada. La estructura comprende un playroom grande, un baño completo, una kichinette y una oficina pequeña para trabajar remotamente.

Revista Living

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