La catástrofe climática en el sur de Brasil, que hasta el momento ha provocado decenas de muertes, generó también un fuerte impacto en la actividad productiva y comercial de Río Grande do Sul y su capital, Porto Alegre, una de las zonas más industrializadas del país vecino.
En la Argentina, al menos tres automotrices locales están acusando de manera directa las consecuencias, a raíz del corte de suministro de piezas de proveedores de esa región.
Fiat, con su planta en Córdoba, ya paralizó la fabricación de su modelo Cronos desde el lunes hasta al menos la semana próxima. «Hay proveedores críticos de la planta, con mucha agua y no pueden sacar las piezas», dijeron fuentes de la empresa a Clarín.
Fiat ahora es propiedad del grupo Stellantis, que en la Argentina también controla la fábrica de Peugeot y Citroën en la localidad de El Palomar.
En esa planta del municipio de Tres de Febrero, donde se acaba de anunciar una inversión de 237 millones de dólares para lanzar la nueva versión del Peugeot 2008, también paralizarán la actividad. «En los próximos días también se frenará la planta de El Palomar, también por la falta de abastecimiento desde el sur de Brasil«, confirmaron las fuentes de Stellantis.
En la planta de Zárate de Toyota también están monitoreando día a día el abastecimiento de piezas desde el país vecino. «Hasta la mitad de la semana que viene estamos cubiertos, pero no podemos descartar que haya dificultades más adelante, por todo lo que está ocurriendo en esa región», dijeron fuentes de la filial de la empresa japonesa.
Hasta la semana pasada, varias fábricas de vehículos habían tenido cortes de producción, pero en ese caso fueron programados por las mismas empresas para «adecuar» su ritmo de fabricación a un mercado más chico, tanto en las concesionarias locales como en varios de los países donde exportan.
El caso más reciente fue el de General Motors, que paralizó su actividad durante la última semana de abril y retomó su actividad el lunes 29.
En la planta ubicada en las afueras de Rosario la producción de la Chevrolet Tracker se mantiene sin interrupción, pero puertas adentro indicaron que «se está monitoreando la situación ya que se espera que las condiciones empeoren, por la destrucción de rutas que está aconteciendo en toda esa región de Brasil».
Según indicó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se trata de una «tragedia climática que aún no ha acabado», ríos que han subido hasta cinco metros y con al menos 90 muertos y 132 desaparecidos hasta el martes. «El agua está bajando a otros lugares y va a llegar a otros municipios, y eso es muy grave», advirtió el mandatario en una entrevista en la red pública EBC.