El dato de la inflación de abril de 2024 fue 8,8%, muy parecido al 8,3% de octubre de 2023. Ahí se terminan las similitudes. La inflación registrada seis meses atrás, durante la gestión del que por entonces oficiaba de ministro de Economía y candidato a Presidente Sergio Massa, reflejaba lo que pasaba en una economía con precios controlados, tarifas congeladas y una fenomenal distorsión de precios relativos.
Era un contexto, además, de creciente déficit fiscal, ya que el candidato del kirchnerismo había subordinado el gasto público, vía los diferentes planes «platita», a su campaña presidencial.
Adicionalmente, el tipo de cambio oficial estaba pisado y la contrapartida era una brecha cambiaria superior al 100% con el dólar blue.
El índice de precios al consumidor conocido el martes está reflejando el impacto de las medidas que tomó el nuevo Gobierno desde el minuto uno: fuerte devaluación, liberación de todos los precios -aunque tuvo que meter mano en el de las empresas de medicina prepaga- y la puesta en marcha de la normalización de los precios relativos, a partir obviamente de la rápida recomposición de las tarifas de los servicios públicos. Aquí también puso el freno de mano, ya que pausó los ajustes de tarifas que estaban programados para mayo.
El impacto del nuevo programa económico en lo inmediato, fue una caída importante de la actividad en todos los frentes y un golpe al poder adquisitivo de los asalariados, formales e informales.
Todo en un contexto de fuerte ajuste del gasto que tiene como norte alcanzar y sostener el equilibrio fiscal, meta que Milei puso como irrenunciable.
Una de las consecuencias de esto es que el Banco Central reduce significativamente la emisión de pesos para financiar los gastos del Tesoro.
La baja de las tasas de interés que viene aplicando la entidad monetaria le permiten reducir sensiblemente la cantidad de pesos que tiene que emitir todos los meses para pagarles a los bancos por las colocaciones de liquidez que hacen bajo la forma de “pases pasivos”.
En octubre la inflación aceleraba, ahora desacelera. De hecho, las consultoras proyectan que la inflación de mayo podría acercarse o incluso bajar del 6%.