Mark Zuckerberg viene trabajando, hace tiempo, en mostrar una versión más humana de sí mismo, que lo aleje de la imagen de magnate frío y sin corazón que tenía hace unos años, en uno de los peores momentos de crisis de Facebook, cuando se lo acusaba de ser responsable (vía Cambridge Analytica) de los resultados de las elecciones en Estados Unidos en 2016 (y se lo comparaba con un robot por cómo tomaba agua). No es que ahora tenga el status de Bill Gates, otro mega magnate tecnológico alguna vez vilipendiado y hoy devenido gurú tecnológico y recomendador de libros. De hecho, sus empresas siguen acumulando problemas, sobre todo por la percepción del impacto negativo que las redes sociales tienen en la sociedad en general y en los adolescentes en particular.
Pero en los últimos años demostró que no tiene problemas en reírse de sí mismo, y en mostrar otro costado más humano: se casó con Priscilla Chang en 2012, tiene tres hijas (Maxima, August y Aurelia), practica artes marciales al punto de competir en un torneo californiano o estar dispuesto a agarrarse a trompadas con otro magnate tecnológico con un sello ambivalente de genio y villano, Elon Musk.
También surfea, como demostró en 2020, cuando se transformó instantáneamente en carne de memes al hacerlo con un exceso de protector solar; para el 4 de julio (día de la independencia en Estados Unidos) de 2021 volvió a mostrarse, montado en una tabla de foil y surfeando la ola de una lancha con una bandera estadounidense al ritmo del clásico folk “Take me home, country roads” de John Denver.
En su perfil de Instagram también publica otros videos de su vida fuera de las oficinas de Meta, la compañía madre de Facebook, Instagram, WhatsApp, Oculus y Threads (que por estos días cumple un año): tocando la guitarra, comiendo comida rápida, entrenando, o jugando con sus hijas.
Ahora publicó en un nuevo video para conmemorar el 4 de julio de este año: volvió a la tabla de wakeboard convencional, volvió a la bandera estadounidense, pero ahora con una lata de lo que parece ser cerveza en la mano, y vestido de impecable esmóquin con moñito. Esta vez, la canción elegida es “Born in the U.S.A.”, de Bruce Springsteen.
LA NACION