Jeffrey Dampier, el hombre que pasó de ser un guardia de seguridad en West Side de Chicago a convertirse en millonario, tuvo un trágico final. En 1996, su suerte cambió radicalmente cuando ganó 20 millones de dólares en la lotería de Illinois, Estados Unidos.
Al poco tiempo de recibir el gran premio, Dampier se separó de su primera esposa y dividió las ganancias. Luego, empezó una nueva relación amorosa con una mujer llamada Crystal Jackson, con quien se casó y se mudó a Tampa Bay, Florida. La pareja invirtió una parte del dinero de la lotería en una tienda de palomitas de maíz gourmet.
Sin embargo, la felicidad duró poco, ya que el millonario comenzó una relación con la hermana de su nueva esposa, llamada Victoria Jackson. El hombre se enamoró profundamente, pero no era un amor correspondido. Ella tenía un novio llamado, Nathaniel Jackson, y este, consciente de la fortuna de Dampier, ideó un plan para robársela.
El 26 de julio de 2005, la pareja llevó adelante el plan. Victoria llamó a Dampier al decirle que necesitaba ayuda con su auto. Cuando el millonario llegó para socorrerla, Nathaniel lo amenazó con una escopeta y lo obligó a subirse a una camioneta.
Con las manos atadas a la espalda con los cordones de zapatos, Dampier fue golpeado repetidamente mientras le exigían que entregara su dinero. A pesar de los intentos de Victoria por razonar con él, se mostró reacio a cooperar. Sin embargo, fue en un momento de desesperación cuando Nathaniel le dio el arma a la mujer, le ordenó que disparara y ella lo hizo.
Tras cometer el crimen, la pareja condujo la camioneta hasta una carretera desierta, donde la abandonaron con el cuerpo de Dampier en el interior. El cadáver fue descubierto poco después y tanto Victoria como Nathaniel fueron arrestados.
Ganó la lotería en EE.UU., pero murió envenenado con mercurio
En EE.UU. no son inusuales las historias trágicas asociadas a la lotería. Tal es el caso de otro hombre que también fue asesinado por su entorno cercano por motivos de dinero.
Urooj Khan era un empresario en Chicago que murió repentinamente a los 46 años, apenas unas semanas después de haber tenido un golpe de suerte y ganar un millón de dólares en la lotería. El hecho ocurrió en 2012 y el hombre ni siquiera tuvo la oportunidad de recibir el dinero que había obtenido gracias al azar.
El caso se volvió mediático rápidamente y si bien en un principio se atribuyó su muerte a causas naturales, el hecho se judicializó y apareció una nueva prueba que reveló que efectivamente había sido envenenado con cianuro. No obstante, hasta ahora, el crimen todavía sigue sin resolverse.
LA NACION