El exministro de Educación Esteban Bullrich estuvo presente en el Pacto de Mayo, acto en el que el Presidente junto a 18 gobernadores firmaron un acta de diez puntos que busca trazar un horizonte de reformas. “Nuestro país necesita de la unión de todos los argentinos y de consensos que nos permitan salir adelante”, escribió el exsenador.
Por la tarde, Bullrich había publicado una foto en su cuenta de Instagram con la que confirmó su presencia en Tucumán. “En vuelo para acompañar la firma del Pacto de Mayo en la Casa Histórica provincial”, confirmó el exsenador.
En la misma publicación, agradeció a Aerolíneas Argentinas y al director de Comunicación y Asuntos Institucionales, Facundo del Villar. “Muchísimas gracias por toda la ayuda que me brindaron en la logística y traslado!”, escribió.
El presidente Javier Milei llegó anoche a la provincia del norte donde, junto a 18 gobernadores, dos expresidentes y su gabinete en pleno, firmó a primera hora del 9 de julio los diez puntos del Acta de Mayo.
Cuando ingresó al patio de la Casa Histórica provincial, vistiendo un poncho marrón con líneas negras y rojas, el exsenador nacional y ministro de Educación fue recibido con un caluroso aplauso de los más de 700 invitados que participaron del acto convocado por el Presidente en la provincia del norte argentino.
Bullrich atravesó la fila de asientos ubicados frente al histórico recinto entre los que se encontraban todos los gobernadores de Pro, radicales y peronistas no alineados con el kirchnerismo representado por Cristina Kirchner. El único expresidente que acudió a la invitación fue Mauricio Macri.
Además, viajaron diferentes ministros y funcionarios gubernamentales, pero quien se ausentó a último momento fue la vicepresidenta Victoria Villarruel, a raíz de un cuadro gripal.
También hubo invitación para legisladores nacionales, autoridades militares y empresarios y sindicalistas. Sin embargo, no asistieron los ministros de la Corte Suprema, ni algunos de los principales líderes gremiales, así como tampoco los referentes de la CGT.
LA NACION