Luis Caputo reforzó en las últimas horas el mensaje de Javier Milei en Wall Street, donde el Presidente dijo que el cepo se iba a levantar cuando haya inflación «cero». El martes por la tarde, durante una reunión cerrada en la sede del JP Morgan, los inversores le preguntaron cuándo se iba a unificar el tipo de cambio y el ministro de Economía les respondió que «no es una cuestión de tiempo, sino de condiciones» y lo desvinculó de las elecciones.
Si bien Milei volvió a enumerar los requisitos para levantar las restricciones (más reservas, menos pesos, el fin de la deuda remunerada y una inflación mensual del 2,5%), el Gobierno sigue con atención el dólar contado con liquidación (CCL) que usan las empresas para dolarizarse, importar y girar utilidades y dividendos. Pese a las restricciones vigentes, por esa vía se canalizan US$ 200 millones por día, unos US$ 4.400 millones por mes.
El cálculo fue compartido por el Banco Central en reuniones privadas. El volumen se debe a que la intervención oficial sobre el CCL, el 20% del dólar blend liquidado por ese canal y la devaluación del 2% mensual permitieron bajar la inflación al 4% mensual, pero también sumaron incentivos a la compra de dólares financieros a un menor costo, con la caída del dólar financiero a $ 1.223 y de la brecha al 23%.
«Ahora que bajó la brecha, el costo de salir es del 20%, con Massa pagaban un 75% si querían salir por el contado con liquidación. Es un tema levantar las restricciones porque si salen todos juntos…, por eso el Presidente habla del stock de pesos, no son los fondos que entraron con Macri, son empresas que generaron dividendos. Se va viendo y de a poco, lo hacemos en forma coordinada», señaló una fuente oficial.
Esas restricciones tienen que ver con el límite diario de $ 200 millones (US$ 165.000) para que los no residentes vendan bonos contra dólar CCL o transfieran valores al exterior. Así, si una empresa quisiera girar utilidades por US$ 100 millones tardaría 1 año y medio. Y también pesa el control cruzado por la cual una empresa solo puede operar en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) si en los anteriores 90 días no operó CCL.
«Una parte de la remisión de utilidades se te puede haber ido por el CCL, sí es seguro que una parte salió por el BOPREAL, pero aún tenés una masa importante de liquidez que las firmas van a querer dolarizar y remitir al exterior. La formación de activos externos de personas físicas se te canaliza principalmente por MEP, es posible que el atesoramiento sea el último eslabón que desarmen del cepo», dijo Claudio Caprarulo, director de Analytica.
En ese contexto, Milei sigue apostando a que el dólar paralelo converja con el oficial ($ 980) y este último con la inflación. Una vez cumplida esa condición y eliminado el exceso de pesos, el Presidente cree que «ya no tendrán balas para tirar la estabilidad económica». Su temor es que la devaluación impacte en la inflación cuando se unifique el tipo de cambio. Si ocurre en 2025, la inflación anual será del 32% y no del 18% del Presupuesto, según Orlando Ferreres.
Si bien se fue flexibilizando el cepo y el blanqueo engrosó los depósitos en dólares, después de nueve meses de controles el tipo de cambio real sigue apreciándose y la filtración de dólares aumenta, lo que siembra dudas sobre la paz cambiaria.
Según Francisco Ritorto, economista de ACM, la gran proporción de salida de divisas es por pagos de importaciones -que se fueron normalizando-, los pagos netos de intereses y capital de deuda (en el año acumulan cerca de US$ 6.800 millones, y US$ 3.500 millones, respectivamente), los pagos con tarjeta por viajes, pasajes y otros gastos (US$ 2.700 millones) y el 20% del dólar blend que se «escapa» por el CCL y la intervención del gobierno desde la «fase 2».