En medio de las denuncias por parte de sus hijas a la actual esposa del periodista en medio de su peor momento de salud, se pudo confirmar que tras el presunto robo, las posesiones con las que cuenta Lanata entre obras de artes, bolsos de dólares y joyas, lo han hecho disfrutar de una vida de excelencia.
Atrás, muy lejos quedó el periodista creativo y que era hasta admirado por muchos en sus formas de realizar la pasión al comunicar, respetando a raja tablas el valor de la Verdad y el rigor, cual bandera innegociable.
En cierto momento, donde era “mucho mejor pactar con el poder”, Jorge Lanata vendió su opinión? Tal vez.
Antes, había cerrado y damnificado a decenas de trabajadores en su diario Crítica de la Argentina, sin importarle absolutamente nada, recordando además que se había asociado al empresario Antonio Mata, accionista mayoritario, quien más tarde sería acusado e investigado por administración fraudulenta en la causa por el vaciamiento de Aerolíneas Argentinas, pero eso quedó en el olvido y justamente desde ahí, comenzó a ser «intocable», ni uno sólo de los juicios encarados por los trabajadores que dejó sin empleo en «Crítica…» prosperó.
Olvidemos todo ese pasado de Lanta y posicionemos la atención en ¿dónde, cómo y cuándo un periodista que no produce comercialmente, obtiene tantos millones de dólares y tanta riqueza?
Es una pregunta cuya respuesta todos sabemos y que no requiere demasiado análisis.
Mientras su salud se deteriora, afloran las verdades por muchos sabida, pero que se trató de ocultar, para el beneficio de quienes también lo usaron como mejor les pareció satisfaciendo sus mayores anhelos y ambiciones, lográndolo desde 2015.