A esto hay que sumarle que desde el sector advierten que el alto nivel impositivo en la Argentina afecta la competitividad de la industria de Servicios Basados en el Conocimiento (SBC), en particular en el sector de BPO (Business Process Outsourcing). Así también desde las cámaras que agrupan a estas compañías advierten un deterioro del puesto laboral y de la calidad del empleo, pues “ser freelance ya no es tan rentable como lo era en 2023”.
Cepo: la barrera a las inversiones
Santiago Siri, presidente de The DemocracyOS Foundation, comentó al respecto en una entrevista que, en Argentina, el mercado local por sí solo nunca es suficiente. Con una población que supera los 40 millones de personas, el país enfrenta una clara desventaja frente a mercados más grandes como Brasil, que cuenta con 180 millones de habitantes, y México, que además de su tamaño, dispone de un pool de talento significativo, explica el experto.
Sin embargo, remarca que ambos países tienen sus propios desafíos. En México, una gran parte del talento emigra a EEUU, mientras que en Brasil, el enfoque suele estar dentro de sus propias fronteras, con escasa apertura a otros mercados. En contraste, «Argentina siempre buscó acaparar el mercado de América Latina». Sin embargo, para que las empresas del sector crezcan, «es fundamental atraer inversiones y generar condiciones favorables para su desarrollo».
Entonces, según Siri, el principal obstáculo para que eso suceda es el cepo cambiario, que genera incertidumbre y mantiene al capital a la espera de condiciones más estables para de ingresar al país. «La combinación de restricciones cambiarias y atraso en el tipo de cambio configura un escenario complejo para la industria del software. Es clave reconocer el rol estratégico de este sector, que tiene el potencial de impulsar el futuro económico de Argentina», señaló el especialista en diálogo con Radio con Vos.
Pesos por sobre todas las cosas
Ramiro Raposo, VP de growth en Bitwage, plataforma pionera y líder en pago de honorarios en criptomonedas, recuerda en diálogo con Ámbito que, en 2023, se dio un incremento en el interés de los freelancers por recibir pagos en criptomonedas. Sin embargo, tras la asunción de Javier Milei, la tendencia mostró un cambio significativo.
Y es que, explica, durante los primeros meses de la gestión libertaria, la incertidumbre económica y la estabilización relativa del tipo de cambio suscitaron “un estancamiento en el crecimiento de los pagos en cripto”.
Raposo sostiene que fue recién a mediados de junio de 2024 cuando detectó una tendencia inversa con una particularidad clave: «Una mayor cantidad de trabajadores optó por recibir sus ingresos en pesos en lugar de criptomonedas”, asegura.
Y agrega que, este fenómeno responde a una combinación de factores, entre ellos, «la reducción de la brecha cambiaria, el impacto de las políticas económicas del gobierno y una mayor confianza en la estabilidad de la moneda local a corto plazo”. Aunque analiza que lejos de tratarse de una cuestión de rechazo o preferencia por los activos digitales, Raposo asegura que los trabajadores ahora priorizan la liquidez inmediata y la capacidad de afrontar sus gastos cotidianos sin depender de la volatilidad del mercado cripto.
La presión impositiva y la pérdida de competitividad regional
Javier Serafini, CEO de CAT Technologies, explica en declaraciones a este medio cómo el alto nivel impositivo en Argentina afecta la competitividad de la industria de Servicios Basados en el Conocimiento (SBC), en particular la del sector de BPO (Business Process Outsourcing). Asegura que la carga impositiva sobre el empleo y el IVA en Argentina son mucho más altos que en otros países de la región, “lo que incrementa los costos operativos y reduce el poder adquisitivo de los trabajadores».
Además, Serafini menciona que la volatilidad del tipo de cambio es otro factor que afecta la previsibilidad de los contratos a largo plazo, algo crucial para esta industria. Y concluye que frente a otros países competidores como Paraguay, Perú, Colombia, Costa Rica y República Dominicana, Argentina pierde competitividad debido a su estructura de costos más elevada.
“Mientras que en otros países hay regímenes especiales de promoción para el sector, en Argentina los costos laborales y fiscales encarecen el servicio, lo que resta el atractivo para inversores y clientes internacionales”, comenta en charla con este medio.
Para Serafini, si se mejoraran las condiciones fiscales y económicas, “la industria de BPO en Argentina podría recuperar su dinamismo y generar más de 30.000 empleos, como sucedió en el pasado». Tal vez en uno no muy lejano.
La situación de los freelancers
Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, comenta que desde hace algunos meses se observa en las empresas “una sensible baja de la rotación de empleados”. Esto, según el experto, sugiere que el modo de trabajo freelance “no tiene ahora el mismo atractivo que en 2023”, lo que resulta razonable al vincular “este cambio a la revalorización en dólares de los salarios de los empleos formales”, dice.
Por su parte, Diego Alejandro Berardo, vicepresidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI) tiene una mirada más optimista y desliza que: “A pesar de los desafíos, el sector tecnológico argentino demuestra día a día su potencial y capacidad de innovación”.
Y vaticina que en 2025 la industria del software crecerá en puestos de trabajo, que serán ocupados por talentos nacionales. «Este potencial es amplio y diverso, y depende en gran medida de la colaboración entre el sector público, el privado y las instituciones académicas», analiza.
De esta manera, la falta de políticas claras de promoción y la carga fiscal elevada que denuncian los expertos limitan el crecimiento de estos sectores. Y para recuperar el dinamismo y aprovechar el potencial de las industrias que ofrece este campo económico, será crucial implementar reformas que garanticen el futuro sostenible para estos sectores y, con ello, la generación de empleo de calidad en el mediano y largo plazo.
Pero como ya advirtió una de las consultoras más influyentes en la city: la combinación de un país con superávit fiscal, el potencial de Vaca Muerta -que pronto podría generar exportaciones por más de u$s15.000 millones anuales- y el blanqueo como mecanismo para inyectar divisas en 2025 y afrontar vencimientos de deuda, obliga a evaluar «seriamente» la posibilidad de que el ciclo de apreciación del tipo de cambio real se prolongue en el tiempo.