En la actualidad Débora Nishimoto no solo está capturando miradas por su talento en la actuación sino también por su historia personal. La artista conquistó al gran público por su papel de Mei en Envidiosa, la serie de Netflix que protagoniza Griselda Siciliani.
Nishimoto nació en Buenos Aires, creció en los barrios de Almagro y Belgrano, en el seno de una familia diversa y trabajadora. Su madre era docente de física, y su padre piloto. Desde la adolescencia le atrajo el arte, se presentó a castings y trabajó en publicidades.
Su ascendencia japonesa, marcada por la historia de sus abuelos sobrevivientes de Hiroshima, le ha dado una perspectiva única sobre la vida y el arte. Este bagaje cultural, lejos de ser una simple anécdota, se convierte en una fuente de inspiración que atraviesa su trabajo y su forma de ver el mundo.
Antes de su explosión en Envidiosa, Débora tuvo participaciones en series como Guapas y Edha, además de incursiones en el cine. En Envidiosa da vida a una mujer de origen chino que se enamora del personaje de Esteban Lamothe.
La química que Débora comparte en pantalla con Lamothe no se limita a la ficción. La pareja ha sido vista en varias ocasiones fuera del set, confirmando los rumores de un romance que, aunque manejado con discreción, no pasa desapercibido. Según declaraciones recientes, su relación comenzó de manera orgánica durante el rodaje de Envidiosa, donde la conexión profesional dio paso a una complicidad más personal.
Pero Débora no se define solo por su faceta actoral. Apasionada por la cocina, encuentra en esta actividad una forma de expresión tan válida como la actuación. Además, ha explorado otras disciplinas artísticas como la danza y la poesía, lo que la convierte en una artista integral, curiosa y en constante evolución.