El pasaje Simeoni volverá a tener vida nocturna: reabrirá el bar Berlin

El mítico pasaje Poeta Fabricio Simeoni, ubicado entre Sarmiento y Mitre, volverá a recobrar parte de su noche. Es que empezaron las obras para reformar Berlín, el bar cultural que cerró sus puertas en el comienzo de la pandemia y ahora volverá a abrir recargado. Es Camilo Corradín, hijo del histórico dueño de Berlín, Luis María «Lulo» Corradín, quien comanda el proyecto de reapertura, junto a otros socios con experiencia en el manejo de bares.

El espacio volverá a alojar a músicos, bandas y DJs en vivo, a la vez que ofrecerá escenario para acontecimientos culturales y espectáculos de distinta índole. Los plazos de reformas son de tres meses, por lo que la fecha de inauguración está pensada para junio. Camilo confió a La Capital que buscarán generar una propuesta que convoque al tradicional público de Berlín (mayores de 30 años) que habitaba el lugar antes de su cierre, pero también a los jóvenes de veinti tantos, muchos de los cuales, en sus palabras, no conocen el bar y toda la historia musical que alberga entre sus paredes.

«Hay una nueva camada de veinteañeros que no llegaron a pisar Berlín y queremos que se sientan convocados a venir. El local tiene espacio para unas 350 personas entre el piso de entrada y el subsuelo, pensamos una movida doble donde arriba pueda suceder un evento y abajo otro, enfocados en atraer a públicos diferentes, según su edad«, contó Camilo, quien integra las bandas Caliope y Cortito, y Funky, además de formar parte de distintos colectivos de artistas como el Movimiento Unión Groove (MUG), lo que le permitió conocer de cerca a la nueva camada de artistas que surgió de la pandemia hasta la actualidad y que, según aseguró, tendrán un lugar garantizado para tocar en el bar.

«Con las dos bandas llegamos a tocar en Berlín y, de hecho, me encargaba de producir alguna fecha, sin tener entonces la experiencia que fui ganando con el tiempo. Desde la pandemia en adelante, produciendo eventos con el MUG, metiéndome en el festival Psicotropía y en otros proyectos, empecé a tener un panorama más amplio de lo que pasa, quién convoca a tanta gente, quién a tanta otra, qué iniciativas sirven para armar una agenda cultural y sumé a un grupo de socios que tienen conocimiento para llevarlo adelante», sostuvo el músico.

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La noche en El Bajo

Al igual que en la propuesta original, el bar tendrá un primer turno antes de las doce, donde se ofrecerán cenas acompañadas de música en vivo, teatro o stand up, con una entrada con costo, pero también habrá servicio gastronómico en el subsuelo, para aquellas personas que quieran ir a cenar y no estén interesadas en ver un show. La idea es que el ingreso en la trasnoche sea sin cargo, con un esquema que hoy manejan otros bares del estilo como Casa Brava y Majo Club. En estos casos, el caché de la banda o del DJ que amenice la velada corre por cuenta de los dueños del boliche y se afronta con el consumo que el público realiza durante las noches.

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El clásico cartel que Berlín exhibe en la puerta de su local, ubicado en el pasaje Simeoni 1128.

Foto: Virginia Benedetto / La Capital.

«Queremos traer fiestas diversas, bandas en vivo y DJ sets desde las cero horas y hasta las 4.30. Estamos encarando las primeras reformas porque vamos a cambiar un poco la estética, también vamos a ampliar una de las barras, el bar está en condiciones, pero hay que hacer algunos arreglos», contó Corradín sobre lo que se viene para el emblemático local que fue reducto del rock y lugar de encuentro de varias generaciones, incluyendo a quienes lo recorrieron desde sus inicios, cuando no era Berlín sino Zeppelin.

Así, la zona conocida como «El Bajo» (que se extiende aproximadamente desde el túnel Illia hasta el Monumento a la Bandera), va tomando nuevamente forma en su oferta nocturna, complementada por bares como El Diablito, Feuer y boliches como Majo (ex McNamara) y Mercury. La posibilidad de sumarse a este cónclave fue para Camilo y sus socios una gran motivación al momento de pensar en reabrirlo.

«Antes era todo un circuito que había entre Berlín, McNarama, el boliche Luna y La Tienda, que siempre seguía hasta un poco más tarde y se podía ir de after. Creemos que con esta apertura y otro lugar más que va a abrir en el centro del que todavía no podemos adelantar mucho, la zona se va a seguir reactivando y va a haber mucha gente contenta con lo que vamos a armar«, señaló Camilo.

Cierre y momentánea reapertura

En junio del 2022 se conoció la noticia de que el pub Berlín cerraba sus puertas definitivamente dejando tras de sí 26 años de historia. Según trascendió en ese momento, la decisión de darlo de baja fue tomada durante la pandemia, momento que afectó la normal actividad de los bares. Pese a que sus dueños, Lulo y Fabián Corradín intentaron afrontar el mantenimiento del espacio vendiendo comida y bebidas que tenían en stock, no alcanzó para cubrir los gastos. Luego intentaron encontrar un inversor que pudiera mantener prendida la llama, pero no hubo caso.

Eran tiempos duros para la nocturnidad. Además, la expansión de emprendimientos comerciales en nuevas áreas, como Pichincha, se produjo a expensas del centro y microcentro rosarino, que iban perdiendo protagonismo a lo largo de los años. Bares icónicos como Bar del Mar, OUI, Jekill and Hyde y Bracco cerraron sus puertas en ese período.

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Sin embargo, Berlín vio una luz al final del túnel de la mano del partido político Ciudad Futura. A poco de haber cerrado, anunciaron una alianza junto a Corradín y la organización La Garganta Poderosa para reabrir el bar, aunque con nueva impronta. Esta vez se montaría un museo dedicado a la figura del Che Guevara. La idea original también era mantener el escenario para poder ofrecer propuestas culturales que recuperaran una parte de la grilla que el bar manejaba.

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Cientos de bandas y artistas pasaron por el bar para ofrecer shows en vivo al público.

Foto: Virginia Benedetto / La Capital.

La reapertura se concretó y el espacio se mantuvo abierto, principalmente para actividades vinculadas a la agenda política de Ciudad Futura. Según pudo averiguar La Capital, hace varios meses que la organización dejó de tener injerencia en el inmueble aunque no descartan reabrir el museo en otro local. Por su parte Camilo señaló que el vínculo fue positivo pero que tanto él como de su padre buscaban devolverle a Berlín el brillo cultural y under que tuvo en sus mejores épocas.

«Todo tiene su ciclo, más aún en ciertos formatos. Este tiempo es importante, haber tenido un cierre permite volver con otra esencia y otra forma de generar grilla, de atender a la gente. Hoy siguen habiendo pocos puntos para que las bandas puedan tocar y los artistas presentarse, queremos ser un lugar más para todos estos proyectos», aseguró Camilo.

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