Las paredes no mienten

 Y un día reapareció, como si nada.

Por Ruben Darío Faienza

Reapareció de la nada, aunque anduvo participando, a hurtadillas, en los últimos meses del 2024, por alguna peña menor,  de algunos barrios, como un integrante más, para pasar desapercibido y ver “qué onda”, y ser parte de una de cualquier mesa (como uno más), donde la charla era simple y común.

Hablo de Sebastián Pignata: para algunos, allá lejos cuando irrumpió en la escena de la política vernácula y con la banca de su sangre ascendente (su abuelo): iba a ser Gran Protagonista y tendría un futuro brillante, hasta que se lo conoció en profundidad un poco (un poco… nada más) y se vio lo vacío de contenido intelectual y cultural que poseía. Pero se encontró muy dentro de él la gran carga de oscuridad agazapada en su interior. Y ahí comenzó a escribir su propia historia de traición, como moneda corriente.

Sebastían Pignata seguramente debe ser un caso único. Y esa, bien puede ser la primera frase con la que se pueda definir a un pibe que fue promocionado como el émulo de “Lionel Messi” allá, hace muchos años atrás, cuando apenas superaba los 18 años. No había terminado la secundaria  (la que había sorteado como un auténtico alumno poco menos que regular) y tras un acuerdo con su Abuelo (controvertido y polémico hombre del sindicalismo santafesino de quién no vamos a hacer ninguna mención porque falleció hace ya un tiempo, y no puede defenderse, pero ratifico una verdad que nadie puede negar: “La Muerte no santifica a Nadie”) se lo impulsa como “candidato”, insisto, nada más que  por su “parecido” a Messi. No por otra condición… porque realmente no contaba con ninguna, así de simple y de sencillo. Bah, en realidad con una sí… contaba con la guita y el apoyo del sindicato que en ese momento manejaba, cual Monarca, su “abuelito”, que dijo: “antes de partir lo quiero ver en la función pública”.

Sebastián Pignata: Sin condiciones naturales,  sin conocimientos generales, sin estudios, sin ideas, ni logros, sin invenciones destacadas, ni preseas en alguna competencia literaria o científica o deportiva, no tenía nada.  Nada de nada.

Es más, para ilustrar un poco más, les voy a contar una anécdota que sucedió cuando lo invité a mi programa de radio para conocerlo. Al verlo tan joven y apostando a ello lo invité a la radio, pero inmediatamente se comunicaron conmigo los “protectores” de Sebastián Pignata que aparecía en infinidad de “columneros” por toda la ciudad en ese entonces. Esos “protectores” me dijeron que me iban a acercar unos papeles con algunas preguntas para que en la nota que iba a hacerle, y él , responda con claridad y soltura.  

Me sorprendió  para mal y claramente me negué, y la nota jamás se hizo.

“¿A quién estaban impulsando entonces?” me pregunté.

Esa actitud me llevó a averiguar un poco más y pude comprobar que además de carecer de virtud intelectual alguna, Sebastián Pignata tenía gravísimos problemas para la conjugación de los verbos y enormes dificultades en la oralidad: literalmente no sabía hablar. Condición mínima e indispensable, primero para la vida en sociedad y segundo, mucho más importante aún, para jugar en Política y salir a exponer ante el requerimiento periodístico de, la o las razones por la que les pedía su voto a los ciudadanos para llegar, nada más y nada menos que al Honorable Concejo Deliberante  de la Ciudad Capital de la Provincia homónima.

Sebastián Pignata fue uno de los primeros  “outsider”, de esta bendita ciudad, que con cara de nada (sin importar lo vacío de su cerebro, en ese momento) salió al ruedo y pudiera seducir al electorado para llegar a ocupar un espacio en algún cuerpo colegiado, por caso, el Concejo de la nuestra ciudad.

Y Sebastián Pignata sin una sola cualidad personal, llegó. 

La gente lo voto. Entró, en medio de una infinidad de entuertos y traiciones en entre el Abuelito Sindicalista, gente del peronismo díscolo y algunos otros más de los que vieron y lo apoyaron con su “aparato político” para que el “Messi de Santa Fe” llegue a ocupar una banca en el Concejo. 

¿Qué pasó? Pignata los cagó, los traicionó a todos.

La vida transcurre y uno NO cambia… va mostrándose como realmente es.

Los años pasaron, y Sebastián Pignata transitó varios caminos, siempre utilizando el mismo modus operandi de la traición, usando a la gente, prometiendo cargos y ganancias en lugares de excelencia a toda persona que confiaba en él, para luego desecharlos y dando saltos y giros, que sorprendían a propios y extraños, cagándose en las ideas, los ideales, y la lealtad  (palabra y acción desconocida por él), y rompiendo incluso con los partidos políticos que lo habían empoderado, por caso el Partido Justicialista, en una de las más importantes y primeras jugadas política magistrales, toma la Decisión Personal de pintarse de Amarillo para  unirse al PRO, porque su único objetivo era “ganar” (en todo lo más amplio del concepto)  

Lo abrazó Del Sel, se vistió de amarillo, y así de color patito recorrió la Provincia, y no le importó absolutamente nada de cada una de las familias de las cientos de personas que dejó en la calle, a las que había usado para llegar  al Concejo.

Pero las urnas y la gente le dio la espalda cuando se vistió de amarillo (creo que eso de ser un camaleón y la traición en algún momento de la vida se paga, y con monto actualizado sin lugar a dudas).

Aunque Sebastián Pignata no se queda ahí, se sacó la casaca amarilla que se puso, tras el revés de ser participe de la derrota de Miguel Del Sel y sin derramar una lágrima,  vuelve a seducir al peronismo utilizando  a un abuelo vivo, pero en sus últimas instancias de poder. 

Y lo logra, ( con la fuerza de un Sindicalista que manejaba Poder y miles de miles de potenciales votos… además de guita,  retorna al peronismo. 

Algunas cosas son difíciles de entender en la política de la ciudad y ésta es una de ellas.

“No importa nada, ni nadie”: es así la dinámica de su pensamiento, el tema es entrar y ganar… ¡obtener el poder y manejar la guita!

Con un caradurísmo total, habiendo perdido “pintado de amarillo”, sin códigos, sin ética, sin valores mínimos, sin instrucción, ni intelectualidad alguna, vacío de conocimiento, cagando a la gente que estuvo con él en el PRO, pero con todas las artimañas de la vieja y más asquerosa política, usando a quién sea necesario para SU PROPIO BENEFICIO, reingresa al Peronismo para jugar en las urnas nuevamente y ganar… y así es como VUELVE a entrar al Concejo.  

Todo, absolutamente todo  lo aprendió rápido, porque no hay escuela, ni universidad donde se enseña a ser un cagador, un traidor, una mala persona, un camaleón que elucubró  todas las formas posibles para “llenarse los bolsillos” a como dé lugar, manejando la rosca del poder en el seno del Concejo con la tan ansiada Presidencia del Concejo, gracias al peronismo: lo que en términos coloquiales se llama “manejar la Caja”, su gran objetivo. Decidir el destino de cada peso de la fortuna que cuenta una de las instituciones democráticas más importantes de la ciudad capital.

Y esa ambición, lo llevó a cometer errores, en connivencia y con la ayuda incondicional  de su cuñado, un tal “Willy”, su “contador” (nunca fue a la Universidad, vale la aclaración)  que también está siendo investigado, así como muchas personas más que han sido partícipes necesarios para cometer delitos con los caudales públicos. 

En la investigación pertinente ya fueron citados muchos profesionales que estarían involucrados en el delito, del desmanejo de las arcas públicas del Concejo, en la Presidencia Pignata  que sigue en plena etapa de instrucción  e investigación donde peritos contables del MPA avanzan sobre el tema, factura tras factura que consta en los expedientes. 

La investigación sigue su curso y Sebastián Pignata está en el centro de la escena.

Hoy están siendo investigados, y según pudimos averiguar allá, cuando fue Presidente del Concejo (en dos mandatos consecutivos) el monto que podría haberse  malversado, según las denuncias hechas en tiempo y forma ante el MPA,  actualizado al 2025, sería más de 700.000 dólares, que la Justicia aún no pudo definir ni determinar con precisión.

Modalidades

Se han detectado diversas maniobras irregulares que forman parte de una investigación en curso. Entre ellas, se encuentran la emisión de facturas truchas y la contratación de servicios profesionales por montos significativamente elevados, donde al prestador —persona física, profesional o empresa— se le entregaba únicamente el 10% o menos del total facturado, a cambio de servicios que en realidad nunca se prestaban.

Asimismo, se investigan contratos de pauta publicitaria por sumas millonarias que habrían generado retornos indebidos. Estas prácticas habrían sido utilizadas como mecanismos para desviar y apropiarse de importantes sumas de dinero del erario público. 

¿Y ahora reaparece para pedir el voto para volver al Concejo? ¿Para qué? 

Tal vez el electorado joven desconozca lo que enuncio en esta nota, pero es necesario que lo sepas, para que cuando vayas a las urnas y veas el rostro de quien se habría quedado con decenas de millones que eran de todos los santafesinos, le des la espalda.

Sebastián Pignata: Hablemos de Traición

Traidor a los pibes: Porque convocó con argucias y falsas promesas, a centenas de pibes y pibas de todos los barrios de la ciudad a los que ilusionaba, asegurándoles que iba a llegar a ser, de mínima, Intendente de la ciudad, y desde ahí dar un salto para que «todos» puedan desarrollarse, crecer y tener un futuro inconmensurable, mientras los usaba para su beneficio.

Traidor con los propios: A los que les iba corriendo la línea de llegada año tras año y los hacia jugar para su beneficio, y éstos, apostando a que «salga lo prometido», dejaban todo lo que les pedía.

Traidor con Profesionales: A los que les dijo con palabras estudiadas, casi de memoria que los necesitaba para ser los pilares fundamentales en la construcción de una gestión para darle formalidad y crear un espacio por cada área, cubriéndose por profesionales de la abogacía por «si acaso se metía la pata»

Se sabe que muchos de esos profesionales confeccionaban facturas de servicios que «NUNCA PROPORCIONABAN» hacia el Concejo, del cual recibían un pequeño porcentaje de ese MONTO TOTAL, porque según decía Pignata y Wlly (su cuñado y socio) necesitaban esa guita, para mantener la «estructura política» (?). 

Todo estaba calculado para que su negocio, le sirviera para dar el «salto»… Lamentablemente, para él, no contaba con que los “traicionados” (poderosos de la política y de los sindicatos a los que también metió en la bolsa de las promesas) NO se lo iban a permitir.

¿De qué vivió Pignata todos estos años de silencio?

Según pudimos averiguar, con todo lo que obtuvo de la política, puede vivir varias vidas sin mover un dedo ni laburar en un solo día.

Si bien aún no ha sido confirmado por la Justicia, como ya se ha mencionado, se habla de un presunto desfalco que superaría los 700.000 dólares. Frente a una cifra de tal magnitud, no hay mucho que explicar… ¿No?

Si mirás bien vas a ver que las paredes de la ciudad hablan, y nunca mienten.

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