Ante los cardenales en el Vaticano, el pontífice hizo foco en la Encíclica Rerum novarum de León XIII, inspiración para la doctrina social de la Iglesia. Convocó a actualizarla en un tiempo atravesado por la tecnología. Y llamó a seguir la línea marcada por el Concilio Vaticano II y la exhortación apostólica «La alegría del Evangelio», escrita por Francisco en 2013
“Hay varias razones, pero la principal es porque León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”. El estadounidense Robert Prevost explicó así este sábado a los cardenales los motivos por los que eligió el nombre pontificio de León XIV. Además, el flamante Papa actualizó la preocupación del antecesor en el que se inspiró.
León XIV celebró en el Vaticano su primera audiencia con los cardenales, a quienes llamó sus «más estrechos colaboradores». El encuentro estuvo marcado por el peso simbólico de la sucesión. Y se interpretó como un mensaje de continuidad del rumbo impulsado por el argentino Jorge Bergoglio a la Iglesia católica.
“El mundo atraviesa una nueva revolución, esta vez ligada al desarrollo de la inteligencia artificial”, completó la referencia, contemporánea, a la misma preocupación que León XIII hace más de un siglo.
El pontífice insistió en que la elección del nombre no fue casual ni solo simbólica. Es, aclaró, un reconocimiento al autor de la encíclica Rerum novarum que, redactada en 1891, sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia en el contexto de la primera revolución industrial. Sobre todo, con el eje puesto en el impacto sobre los trabajadores.
León XIV añadió que los desafíos contemporáneos en torno a la dignidad humana, la justicia y el trabajo requieren que la Iglesia ofrezca “su patrimonio de doctrina social” como respuesta.
El Concilio Vaticano II y Francisco: la línea de León
Con la elección de su nombre y las explicaciones ante los cardenales, León XIV lanzó una señal de lo que quiere para al Iglesia. Según sus dichos, es retomar y actualizar los principios de justicia y defensa del débil que marcaron el magisterio de León XIII, pero adaptados a los dilemas del siglo XXI.
Y con la alusión explícita a la inteligencia artificial, tema inusual en un contexto eclesial, introdujo un horizonte pastoral con las transformaciones tecnológicas como elementos de la reflexión moral.
La audiencia con los cardenales también estuvo dedicada a Francisco. León XIV exhortó a los prelados a recoger “esta valiosa herencia” del argentino y continuar el camino que inició en el Vaticano.
Compromiso y dimensión social, legado del argentino a seguir
“La conversión misionera de toda la comunidad cristiana, el cuidado amoroso de los débiles y el diálogo valiente”, recordó el flamante pontífice los pilares de Evangelii gaudium.
La referencia es a la primera exhortación apostólica escrita por Francisco, que en castellano es «La alegría del Evangelio». Fue publicada el 24 de noviembre de 2013 tras el cierre del Año de la Fe. El texto expresa el influjo en el pensamiento de Bergoglio de la Teología de la liberación en su vertiente argentina, la Teología del pueblo.
La exhortación, de 142 páginas, está dividida en cinco puntos. Son La transformación misionera de la Iglesia, En la crisis del compromiso comunitario, El anuncio del Evangelio, La dimensión social de la Evangelización y Evangelizadores con espíritu.
León XIV volvió sobre lo mismo al expresar su deseo de renovar junto al Colegio Cardenalicio la “plena adhesión” al itinerario que la Iglesia recorrió en las últimas décadas sobre lo dejado por el Concilio Vaticano II. Es un camino que –dijo– fue actualizado por Francisco mediante Evangelii gaudium.
«La piedad popular, el cuidado amoroso de los débiles y abandonados y el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades”, marcó el estadounidense lo que considera un legado a seguir y profundizar.