Los jubilados de la cancha de bochas del parque Urquiza denuncian una ola de vandalismo en las instalaciones que utilizan de forma recreativa. Necesitan ayuda para proteger las pertenencias que guardan en el cuarto que está al lado del área en la que juegan, ya que les han roto tantas puertas para robarles objetos, que no tienen más dinero para reponerla, y buscan donaciones.
«Nos viven vandalizando la zona de la cancha de bochas. Roban bochas, sillas, hornos eléctricos y herramientas. Es un desastre, están rompiendo todo. Ya no tenemos un mango para cambiar la puerta, y pedimos la ayuda de alguien que nos pueda acercar una», imploró Héctor Antonini, presidente del Centro Recreativo de Jubilados del parque Urquiza.
Inseguridad
Hace días, con tristeza se volvieron a encontrar con una postal cada vez más repetida: la puerta de la habitación donde guardan las pertenencias del grupo había sido barreteada, y el lugar saqueado. Faltaban unas 12 sillas plásticas, mesas, dos hornos eléctricos que con mucho esfuerzo habían logrado comprar, y hasta un llavero con las llaves de todos los candados que dan acceso a la cancha de bochas.
«No sé para qué se llevaron eso, es una crueldad que no tiene explicación. Tuvimos que romper los candados para poder entrar, limpiar y seguir adelante. Nos viven saqueando lo que nos ha costado tanto juntar», lamentó Antonini.
En estos momentos, el grupo tiene unos 50 socios y socias que pagan una cuota mensual de 1000 pesos para disfrutar de las instalaciones. Donde están las canchas se juega a las bochas, truco, chinchón. En el edificio de la sede sobre Chacabuco, en la ex estación de trenes que ahora pertenece a la Municipalidad, se dan talleres.
Entre ellos, hay gimnasia para adultos, yoga, cocina, teatro, un taller literario, otro sobre emociones, para la memoria, y otro para garantizar el acceso a Internet, donde se ayuda a los adultos mayores con el manejo de celulares para evitar que caigan en desfalcos. Una vez a la semana, además, hacen un almuerzo, razón por la cual tienen los hornos, cocina, y otros elementos.
>>Leer más: Por los robos, piden que se clausure el puente peatonal del parque Urquiza
Parque liberado
Pero la continuidad de algunas de estas actividades se ve afectada ante la epidemia de robos que están sufriendo los jubilados. Aunque no son los únicos que sufren el accionar de rateros en la zona: «Ya se robaron la reja de El Sembrador, y en el mástil mayor del parque Urquiza se llevaron la cuerda de acero para izar la bandera. Son como 40 metros de cable de acero«, dijo con énfasis el referente.
En conversaciones con la Municipalidad, le contestaron que contrataron a Mantelectric (quien tiene la concesión de las luminarias callejeras en esa zona) para reparar todo. «Pero la realidad es que no hay vigilancia. Hay un domo, una cámara en la fuente que mira el camino, la calle donde pintaron la doble franja. Incluso hay una cabina de fotomulta que funciona. Pero al parque no lo monitorea nadie, es zona liberada. Roban luminarias y todo lo que encuentran«, denunció.
Si bien Antonini entiende que el problema es mayor que lo que está afectando solo al centro de jubilados, entiende que las consecuencias para ellos son peores. «Para nosotros, como institución, es gravísimo. La cuota que cobramos a los jubilados es baja, porque muchos de ellos tienen ingresos muy pobres. Hoy cobramos mil pesos por mes, y estamos viendo si podemos pasar a dos mil. Pero para alguien que no llega a fin de mes, dos mil es un montón», confió.
>>Leer más: Inseguridad en Rosario: imparable ola de robos en los parques Urquiza e Independencia
Pedido de ayuda
El Centro Recreativo de Jubilados del parque Urquiza posee personería jurídica, presenta balance todos los años y destina fondos para pagarle a un contador. «Estamos en una situación crítica, como muchos en el país, pero estos destrozos no los podemos aguantar más. Esa puerta la enderezamos nosotros a martillazos, haciendo agujeros, poniéndole remaches pop. Más o menos la arreglamos, pero está destruida», lamentó.
Por eso, confía en que visibilizar la situación podría ayudar a que les llegue una donación que les permita resolver lo que los aqueja en el momento. «Capaz aparece alguien que diga que le sobra una puerta, o que fabrica puertas y nos da una, u otros objetos que nos sirvan. Es difícil, pero no imposible. Ya nos pasó una vez: nos donaron bochas, una radio nos contactó con la fábrica en Río Segundo. Fuimos hasta Córdoba a buscarlas. Nos dieron tres juegos», explicó.
Hoy en día, lo más urgente sería reponer, además de la puerta, el resto de los objetos robados: mesas y sillas plásticas, y un horno eléctrico. Los interesados en donar pueden comunicarse al correo [email protected]. Además, invitan a aquellos adultos mayores que quieran acercarse a la institución para compartir en el parque Urquiza juegos de cartas, bochas bajo los de árboles y con la naturaleza.