Victoria Villarruel, la vicepresidenta de la Nación, oxigenó su equipo y empezó a intensificar relaciones con otros actores políticos. No tiene en su mente jugar electoralmente en este 2025, ya que siente que tiene mucho por realizar desde su posición en la Cámara alta, pero mira el panorama 2027 con optimismo. Desde ya, compitiendo por fuera de La Libertad Avanza.
La titular del Senado ocupó espacio en la agenda pública desde la última semana debido a los cambios que realizó en su entorno. Fueron modificaciones sensibles, e inesperadas, que van desde el área de seguridad, con el militar retirado Claudio Gallardo, pasando por la auditoría y control de gestión, que estará al mando de María Eugenia Tasende.
La comunicación tampoco se salvó de los volantazos de la vice: a partir del lunes, Villarruel tendrá nuevo vocero –Rodrigo Pérez– tras mantener a la misma persona, Gaspar Bosch, desde fines de noviembre de 2023 hasta la semana pasada.
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En rigor, el dato más saliento de los cambios es que sumó a Mario “Pato” Russo, exasesor de campaña de LLA de 2021. La Casa Rosada no estuvo ajena a estos movimientos y criticó, de forma reservada, lo hecho por la vicepresidenta.
Paralelamente echó al “cocinero” Juan Martín Donato, uno de los que llevaban adelante la estrategia de Villarruel en redes sociales y era motivo de confrontaciones internas.
En el mismo sentido, militantes digitales del oficialismo y periodistas con simpatía de la administración Milei avanzaron un paso más y comenzaron a poner en redes sociales videos en los que Russo, en una entrevista de 2024, habló de su admiración por líderes “nacionalistas” como Fidel Castro y Josef Stalin. Fue una muestra más del encono que tiene el entorno del jefe de Estado con Villarruel, a quien la ven “haciendo su juego como siempre y traicionando”. De hecho, Lilia Lemoine, diputada nacional, salió a despotricar contra la aparición de Russo como empleado del Senado.
Las reuniones con dirigentes de otros espacios, que fueron marca registrada en el primer año de mandato, volvieron a aparecer en la agenda de la compañera de fórmula del Presidente. Esta semana se reunió con el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos. El cónclave no fue casual: el jefe comunal había coqueteado con la posibilidad de ser el candidato a gobernador bonaerense del espacio violeta en 2023. En esto tuvo mucho que ver el regreso de la exsenadora bonaerense Claudia Rucci, quien se había alejado con críticas solapadas a personajes como “el cocinero” y la banda de tuiteros.
Las charlas estaban avanzadas, aunque no cerradas, y Milei en una nota lo dio por definido. Britos dijo que no finalmente, pero conservó una buena relación con el economista y la por entonces diputada nacional, quien se volvió a reunir. Quienes transitan el Senado y la conocen dicen que quiere seguir ligada a la política y tratará de mantenerse en el tablero con una candidatura en 2027. Se enfocará en seguir estrechando lazos con dirigentes afines a las ideas de la libertad.