Sergio Ruppel, especialista en infraestructura vial, afirmó que la situación «es desesperante». «¿Quién se va a ocupar ahora del mantenimiento?», se preguntó
Sergio Ruppel, presidente de la Fundación Profesional de Transporte y especialista en infraestructura vial, advirtió que la mitad de las rutas del país se encuentra en mal estado. La preocupación no solo abarca el deterioro del pavimento, sino el abandono de funciones esenciales por parte del Estado nacional: “La situación es desesperante. No es algo que comenzó este año. Las rutas vienen deteriorándose desde hace mucho tiempo”, señaló con énfasis.
Según Ruppel, la red vial nacional ha quedado completamente desatendida. “Hoy tenemos la misma cantidad de rutas que hace décadas, pero con un tránsito que se ha multiplicado. Vialidad Nacional está desactivada de hecho. No interviene de manera significativa desde hace años”, explicó por Rivadavia AM 630. Y lanzó una pregunta inquietante: “¿Quién se va a ocupar ahora del mantenimiento, la asistencia y las emergencias en las rutas?”.
El especialista apuntó contra el plan oficial de trasladar la responsabilidad a las provincias o de avanzar hacia la privatización del sistema vial. Pero aclaró: “Las provincias no tienen fondos. Si no pueden sostener hospitales ni escuelas, mucho menos van a poder hacerse cargo de las rutas. Y cuando el gobierno intentó ofrecer las principales rutas a privados, nadie quiso tomarlas por el nivel de deterioro y el costo de inversión que requieren”.
Además, explicó que el modelo de concesiones no es tan fácil de implementar, debido a los altos costos, el largo plazo de recuperación y los riesgos económicos. “El precio de los peajes sería insostenible. Y los privados no van a ir a lugares como Pino Hachado o zonas rurales del norte, donde la vialidad presta asistencia vital en emergencias climáticas o cortes por nieve”, dijo. “Vialidad no es solo repavimentar, también es presencia estatal en emergencias”.
Ruppel advirtió también sobre las consecuencias humanas y económicas de este abandono. “¿Quién no tiene un familiar o conocido que haya tenido un accidente de tránsito?”, se preguntó. “Estamos hablando de vidas humanas, pero también del altísimo costo económico que significa la atención a la accidentología: ambulancias, hospitales, cirugías. La inversión en rutas es también una política de salud”.
Finalmente, remarcó que la desaparición de Vialidad Nacional es un error estratégico. “Estamos desmontando un organismo que cumple un rol estructural en la integración territorial del país. Si no se actúa con urgencia, el colapso de la infraestructura vial va a tener consecuencias gravísimas”.