La denuncia clave de la extrabajadora de un geriátrico clandestino clausurado este miércoles en Villa Carlos Paz, incluyó fotografías que documentan las condiciones deplorables en las que mantenían a adultos mayores en el establecimiento ilegal ubicado en Monteagudo y Lisandro de la Torre.
«Había abuelas con escaras por estar tanto tiempo acostadas atadas. Un abuelo que en una foto está atado, podía caminar lo más bien», declaró Cortés en una entrevista radial con el programa Última Pregunta de Continental Córdoba, donde reveló que documentó gráficamente los maltratos durante su mes de trabajo en el lugar.
La denunciante, quien trabajaba en el turno nocturno, describió la rutina de abusos que presenció entre julio y agosto de este año. «A los abuelitos ya me los entregaban atados y dopados«, relató Cortés, quien además fue testigo directo de agresiones físicas.
«Yo veía como Cintia y su empleada Alejandra los tiraban a la cama y ahí los ataban con bastante brutalidad«, denunció la extrabajadora, refiriéndose a la responsable del establecimiento clandestino.
Según el testimonio de Cortés, las ataduras no respondían a situaciones de contención médica puntual, sino que constituían una práctica sistemática. «A esos abuelos los ataban todos los días a la cama», describió, explicando que esta práctica permanente provocaba lesiones cutáneas en los residentes.
Condiciones de insalubridad y funcionamiento ilegal
Las fotografías también documentan las condiciones higiénicas del lugar. Cortés denunció que los adultos mayores permanecían con la misma ropa durante días. «Tenían olor a pis y a la ropa ni se la cambiaban», relató la mujer.
Particularmente grave resulta la denuncia sobre el uso de toallas contaminadas: «Había toallas con excremento en los baños, con eso secaban los abuelos».
El establecimiento operaba sin ningún tipo de habilitación municipal y carecía del equipamiento básico para el cuidado de adultos mayores. «No tienen ninguna ambulancia, ahí no tienen oxígeno, no tienen nada para los abuelos. A los residentes solo los medicaban Cintia y Alejandra», denunció Cortés.
La extrabajadora también reveló irregularidades laborales en su contra: le exigían trabajar diez horas diarias, pero le pagaban por ocho, «porque la encargada decía que a la noche no hacíamos nada».
Denuncias previas sin respuesta
Antes de la denuncia que derivó en el allanamiento del miércoles, Cortés había intentado alertar a las autoridades locales sin obtener respuesta. «Intenté comunicarme con las autoridades municipales y con el defensor del pueblo, pero no tuve ninguna respuesta hasta ahora», reveló la denunciante.
La denuncia formal la presentó el martes por la mañana en la comisaría de Villa Carlos Paz, un día antes del allanamiento que derivó en la clausura del establecimiento y el traslado de nueve adultos mayores, dos de los cuales presentaban lesiones.
La Fiscalía de Tercer Turno ordenó la clausura preventiva del espacio y abrió una investigación para determinar responsabilidades penales en el caso.
La denuncia: