Dolores Fonzi, entre no callarse ante una injusticia y viviendo como mamá un gran momento

En su tono de voz, calma y vehemencia nunca confrontan. Sabe que en esta etapa profesional (así como la que transita como mamá) solo puede agradecer y celebrar. Pero a los 47 años, el alimento de su alma sigue siendo la lucha, la resistencia y el compromiso por combatir injusticias. Dolores Fonzi no deja de marchar: jamás renuncia a ninguna causa que requiera visibilizarse y defender a una víctima. Impronta que, admite, nunca la perjudicó en su carrera. “Desde que empecé a militar por los derechos humanos, me fue mejor que nunca como actriz”, le dice a Clarín, recién llagada de Chile, donde estuvo filmando una serie.

Y agrega: “Desde que puse mi auténtica voz, mi cuerpo al servicio de estas causas, me empezaron a llamar para filmes mucho más interesantes. Creo que hay algo que se agradece cuando uno ve a un artista que se expone a lo malo de la sociedad, a recibir odio. Siempre prefiero la verdad y la justicia”.

Con respecto a su nuevo trabajo, la película titulada Belén, escrita, dirigida y protagonizada por ella, afirma: “No puedo no decir lo que pienso, y esta película es un poco la muestra de eso. Vos podés tener todos los prejuicios que quieras, pero Belén no es una película solemne, ni tiene golpes bajos. Hay algo universal que expresa, que es lo humano”.

Un caso real tan dramático como emblemático

Es así como en su nuevo sueño cumplido, concilia una eterna pasión militante con su aclamada carrera como actriz y su segunda incursión como directora. El resultado es Belén, la película producida por Amazon MGM Studios y K&S Films (la compañía detrás de Relatos salvajes), que se estrenará en cines argentinos el 18 de septiembre y más tarde estará disponible en Prime Video en 240 países. Narra la desgarradora historia real de una joven acusada de cometer un aborto ilegal y de la audaz abogada que se hizo cargo del caso.

Dolores Fonzi, de Chile a Buenos Aires, y de aquí a San Sebastián. Fotos Nora Lozano

El elenco incluye a Camila Plaate, Laura Paredes, Julieta Cardinali y Sergio Prina. Basada en el libro Somos Belén, de Ana Correa, la película fue escrita por Fonzi y Paredes. Belén formará parte de la selección oficial de la 73a edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, a celebrarse del 19 al 27 de septiembre en España.

El caso fue la antesala a la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en la Argentina, gracias a la tarea de difusión que llevaron adelante desde 2016 la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y otras organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres y niñas.

El llamado al corazón que ahora es película

En la vida real, todo empezó en 2014, cuando una joven de Tucumán acudió a un hospital de la capital provincial por un profundo dolor abdominal, que resultó ser producido por las contracciones de un embarazo del cual no tenía conocimiento. Tras abortar el feto espontáneamente, los médicos de la institución la denunciaron y quedó detenida.

Dolores cuenta que «milité la causa de liberar a esa chica, y no pensé que sería una película».

En 2016, en Punta del Este, un llamado al corazón de Fonzi comenzó a sembrar un profundo compromiso. En la tercera entrega de los premios Platino al cine iberoamericano, Dolores levantó ante las cámaras un cartel con la leyenda #LibertadParaBelén, tras recibir el reconocimiento como la mejor actriz del año por su labor protagónica en La patota, película dirigida por su pareja, Santiago Mitre.

“Ahí Leticia (Cristi), la productora, se preguntó quién era Belén. Al tiempo Ana Correa sacó el libro Somos Belén. Luego se compraron los derechos de ese libro, y ya pensaban en mí para que hiciera de la abogada. Pasó el tiempo, yo dirigí mi opera prima, Blondi, y me propusieron que la escribiese. En un año teníamos la película terminada”, recuerda Fonzi, que junto a Laura Paredes se basaron no solo en el libro de Correa, sino también en Libertad para Belén, escrito por Soledad Deza, la abogada que defendió a Belén, y es interpretada por Fonzi en el filme.

Agrega: “Desde que exhibí ese cartel, pasaron 9 años. Yo milité la causa de liberar a esa chica junto a militantes e influencers, y nunca pensé en la posibilidad de que esto se convierta en una película que yo interpretaría y dirigiría. Fue muy loco, ¡cómo se unen todos los puntos para llegar a lo que sucedió! Fue un camino bastante… mágico. No me gusta tanto esa palabra, pero es lo que tiene que ser que se termina produciendo”.

Dolores junto a Laura Paredes, también coguionista, en una escena del filme. Fotos Amazon Prime

Su encuentro con la abogada “heroína” y la verdadera Belén

Belén, como se conocía a la mujer en cuestión (el nombre verdadero de la víctima fue resguardado por sus seres queridos y representantes legales para evitar riesgos), pasó dos años encerrada en la Unidad Penitenciara Nº4 de Tucumán tras ser condenada en 2016 a ocho años de prisión por homicidio agravado por el vínculo. Gracias a que la abogada Soledad Deza tomó su caso, Belén pudo obtener su libertad en 2017, convirtiéndose en un caso referencial en todo el país.

-Viajaste a Tucumán para filmar y allí conociste a Soledad Deza, la abogada que interpretás en la película…

-Sí, ella es una persona divina, amorosa, estaba muy contenta con este proyecto, y siempre fue muy generosa. Nos vimos un par de veces. Vino al rodaje, y después yo le escribía en cualquier momento del día y ella me contestaba. Me sacaba las dudas…

Camila Plaate interpreta a la joven tucumana.

-Ella comentó que no se considera una heroína por lo que hizo…

-Claro, y para mí es la muestra de cómo, desde cualquier rincón y posición, cualquier persona tiene a mano la posibilidad de cambiar algo. A Soledad le llegó este caso que no tenía ni idea que iba a ser emblemático como lo fue. Y desde su lugar, en Tucumán, una abogada que atendía casos pequeños, de repente se convirtió en una letrada que se puso al hombro esta causa enorme.

-¿Se terminaron haciendo amigas?

-Para mí es una ídola, una genia. Sí, nos hicimos amigas. Yo la quiero, nos queremos, uno se termina contagiando de esa energía. Tiene que ver con conocer a esa mujer tan especial justamente por no haberlo sido. De repente le cayó en sus manos esta injusticia y no le quedó otra que poner todo de sí, su cuerpo, su agrupación, y trabajó incansablemente hasta que lo logró.

Se reconstruyeron movilizaciones que ocurrieron en todo el país.

-¿Le gustó cómo la interpretaste en la ficción?

-Le encantó. Se sintió muy identificada con mi actuación y con la película. En una escena, mientras estaba en el rodaje, se puso a llorar. Decía: “Así era, así era…”. Porque al principio, hacían marchas y nadie ni siquiera los miraba. Y hoy esta película nos llena de orgullo, porque te deja con la sensación de que, si se pudo en ese momento, se podrá siempre.

-También te viste con la víctima, la joven que se hizo llamar Belén para preservar su identidad…

-La conozco desde que se presentó el libro de Ana Correa. Ella vino a agradecerme especialmente. Después otro día cenamos, y luego seguimos hablando frecuentemente. Vio la película, y por supuesto, tanto para ella como para la doctora Soledad Deza, debe ser muy difícil separar la existencia real de algo que está representando tu vida. ¡Es fuerte!

Su pasión por dirigir y “la tortura” de los estrenos

Dolores Fonzi está feliz con el resultado de su segunda película como directora. Confiesa que disfrutó del proceso del armado y explica que en algún momento “jugará” a dirigir sin actuar, pero que ahora la divierte más realizar los dos roles.

“Siempre lo importante es que el trabajo sea colectivo. Es verdad que estoy al frente y me gusta mucho. Salvo la parte de estrenar… -confiesa-. Es una especie de tortura de la Inquisición la que vivo con cada estreno (risas). Ya me había pasado con Blondi, y pensé que en ésta no me iba a suceder. Pero vuelvo a estar en carne viva, sujeta a lo que las personas opinen, piensen y sientan. Si yo pudiera estrenar una película y desaparecer, irme al Sur a pasear y después leer las cosas lindas o feas que escribe la gente, sería otra cosa. El asunto es el cuerpo, poner el cuerpo, pero bueno es la consecuencia de actuar y dirigir”.

Fonzi conoció en persona tanto a Belén como a la abogada a la que encarna en su película.

Santiago Mitre: el hombre que ama y el director que la contiene

Dolores conoció al director Santiago Mitre en 2014, cuando la actriz protagonizó el filme La patota, remake del clásico del cine argentino que dirigió Daniel Tinayre y protagonizó Mirtha Legrand en 1960. Se enamoraron trabajando, cuando comenzaron las filmaciones en Posadas.

El había dirigido coescrito guiones exitosos como Leonera (2008) y Carancho (2010), y ella había coprotagonizado Plata quemada (2000), Vidas privadas (2001), El aura (2005) y varias series televisivas. Más tarde trabajarían juntos nuevamente en La cordillera, que Mitre estrenó en 2017 con los protagónicos de Fonzi y Ricardo Darín.

En la alfombra roja de «Argentina, 1985» en Venecia 2022.Foto Reuters

-¿Influyó el hecho de que él sea director para que te decidas a dirigir “Blondi”, tu primera película?

-Santi era el productor de Blondi, que es una película que armamos juntos, pensándola desde cero. Y aunque en Belén no fue productor, si yo tengo una duda por supuesto que es una persona que está ahí para mí, como yo para él. Teniendo un director tan bueno en mi casa, ¿cómo voy a despreciar esa oportunidad? (risas).

-Te contiene…

-Sostener a alguien mientras está haciendo una película, por ahí no pasa por hablar del filme, sino porque te preparen una rica comida a la noche (risas). Estoy con una persona que comprende lo que hago, nos divertimos y nos potenciamos. Mi necesidad de pareja tiene que ver con eso.

-Tan apasionados ambos, ¿están todo el tiempo hablando de cine?

-Nos gustan las películas, vemos muchas juntos. Y si no hablamos de películas hechas, hablamos de las posibles por hacer. Y mis hijos (Lázaro, de 16, y Libertad, de 14, frutos de su relación con el actor mexicano Gael García Bernal, con quien estuvo casada entre 2007 y 2014), también participan.

Dolores y sus hijos. «Ellos vieron ‘Belén’ y les encantó. También les gustó mucho ‘Blondi’. Como mamá vivo un gran momento”.

-Pero además de cine, hablarán de otras cosas…

-Por supuesto que hay otros temas, el cine no es lo único. Sobre todo cuando estás tan cansado. Hablamos de otras cosas, criticamos a la gente, por ejemplo (risas), hacemos lo que hace cualquier familia…

El gran momento de su maternidad

Dolores reconoce que esta etapa de la maternidad tiene otro sabor. El hecho de que sus dos hijos transiten la adolescencia, le brinda más disfrute que padecimientos.

“Cada vez se pone mejor, están más independientes, más divertidos, con su propio sentido del humor. Me parece que lo peor de la maternidad es el cuidado extremo, el miedo a que les pase algo que uno tiene cuando son más chiquitos”, dice.

Y agrega: “Cuando se vuelven más independientes eso deja de existir. Por supuesto que como padre, siempre estás preocupado por tus hijos. Pero a esta edad ves cómo se mueven en el mundo, cómo se desenvuelven con la gente. Son divinos, amorosos, agradecidos, educados, siento un orgullo enorme. Ellos vieron Belén y les encantó. También les gustó mucho Blondi. Como mamá vivo un gran momento”.

-¿Cómo se llevan con su padre (Gael García Bernal)?

-Bien, dentro del sistema que tenemos, que no es convencional. El es una persona que vive en otro país. Pero van y viene, viajan. Se llevan bien…

Dolores y su familia en la ficción. Ella está en contra de la grieta.

Sobre grietas y posturas políticas

Dolores se refiere a la posición que tomaron varios actores y directores sobre opinar menos de política en las entrevistas y redes, ya que, según ellos, perjudica su trabajo al atraer solo al público que piensa igual y a alejar al que piensa distinto.

“Yo no me voy a quedar callada si veo cómo matan niños en Gaza. No puedo creer que mi hija tenga acceso a ver en su teléfono cómo asesinan bebés… Por eso si alguien cree que los actores deberíamos callarnos la boca, eso es de facho -asegura-. Yo respeto que haya colegas que no crean lo mismo, pero me siento muy cómoda diciendo lo que pienso, porque hay gente que se puede sentir identificada, menos sola. El silencio es muerte”.

-¿Pensás que “Belén” convoca desde una amplitud ideológica? Me refiero a que con el tema del aborto existe la grieta entre Pañuelos Verdes y Celestes… Y pueden crearse antinomias.

-Esta película habla por sí sola en el sentido que incluye la religión. Porque la abogada que lleva a cabo el juicio es una persona que cree en Dios y manda a los hijos a un colegio religioso. Y justamente porque cree en Dios, de alguna manera siente que hay que ayudar al prójimo. Obviamente que, desde afuera, alguien podría tener todos los prejuicios del mundo.

-O sea que la película puede zafar de la grieta…

-Es un caso que plantea un tema universal, es una injusticia que sufrió una piba y supongo que hasta los Pañuelos Celestes creerían que está mal. Los malos que muestra la película no son solo varones, y los buenos no son solo mujeres… En general los hombres que la vieron terminan emocionados tanto como las mujeres.

Guillermo Francella en uno de sus 16 personajes de «Homo Argentum». Fotos Disney

Subsidios, “Homo Argentum” y consagrados que se hacen fachos

Homo Argentum, dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, generó una gran polémica mediática, entre otras cosas por las declaraciones de su protagonista, Guillermo Francella, y el cuestionamiento a subsidiar películas por parte del Estado.

“Hay una versión que anda circulando y no sé si será cierta: supuestamente Homo Argentum también recibió un subsidio estatal. Se lo habría otorgado el ex marido de Pampita (el trascendido afirma que la película recibió apoyo económico del GCBA a través del programa BA Producción Internacional, coordinado por Roberto García Moritán). Entonces, ¿en qué quedamos?”, se pregunta.

-¿Considerás esencial que el INCAA subvencione películas, a pesar de que no convoquen gran cantidad de público, que es la crítica que se suele esgrimir?

-Hay películas que ven un millón de espectadores y son una poron… Una porquería. Y hay otras que la vieron cuatro personas y son obras de arte. A mí me gusta ver cine, los universos que proponen personas que no conozco, gente nueva, joven… Porque los directores consagrados de hoy fueron jóvenes que también hicieron sus operas primas gracias a oportunidades que daba el INCAA.

-¿Alguna película en la que hayas participado?

-Por ejemplo, Luis Ortega hizo Caja negra, que valía tres pesos con cincuenta, y ahora es un director consagrado (Dolores y Luis estuvieron en pareja entre 1998 y 2003. En esa opera prima de Ortega estrenada en 2002, Fonzi fue la protagonista).

Fonzi en una escena de «Caja negra».

-Entonces decís que muchos actores y directores que ahora se oponen a los subsidios, hicieron sus primeros pasos con la ayuda del Estado…

-Claro, por eso me sorprende cómo algunos van envejeciendo y se ponen cada vez más fachos. Se olvidan de cuándo fueron jóvenes. Los que recién empiezan son los que necesitan las oportunidades, y a quienes debemos darles el espacio que merecen. Nosotros, como señores grandes, cansados, que ya hicimos ochenta mil cosas, nos deberíamos callar la boca y dejar el espacio a los que vienen. Y no hablo de “este señor” en particular (alude a Guillermo Francella), porque sino después van a decir que me refiero solo a él. Estamos hablando de gente que se ganó el cariño del público y son artistas populares. Eso es respetable. Pero bueno…

-Entonces, Dolores Fonzi, aún con sus ideas bien definidas, se declara antigrieta…

-No hay que pelear tanto, la grieta es eso: la gente que se aferra a la pelea constante. Hacé las cosas, hacelas bien, y tratá a todos con amor. Eso es lo que escasea y lo que necesitamos los argentinos.

POS

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