La jueza aceptó la calificación de la Fiscalía y dejó preso al detenido por plazo de ley: al menos dos años, hasta una futura condena que podría ser de perpetua. La víctima se había separado hacía un mes tras una relación de diez años. Su familia desconocía el hostigamiento que sufría
La Justicia dictó prisión preventiva por el plazo máximo para Federico Nicolás García, de 25 años, acusado de asesinar a tiros a su ex pareja Camila Ailén Espíndola, de 24, el viernes por la noche en una vivienda del barrio Nuevo Alberdi Oeste, en el extremo norte de Rosario.
Durante la audiencia imputativa realizada este martes en el Centro de Justicia Penal, la jueza Paola Aguirre hizo lugar a la calificación legal propuesta por la fiscal María de los Ángeles Granato: homicidio doblemente calificado por el vínculo y por el uso de arma de fuego. De ser hallado culpable, García podría recibir una condena de prisión perpetua. También se le atribuyó la portación de un arma de uso civil, con la que dio muerte a la joven.
La fiscal reconstruyó el crimen cometido alrededor de las 22.15 en una casa ubicada en Bouchard y pasaje 1338. Según el relato, García mató a Espíndola de cinco disparos efectuados con una pistola calibre .22. Todo ocurrió delante de al menos uno de los tres hijos que compartían: una nena de 8 años, otra de 6 y otro de 3.
Fue la hija mayor quien esa noche corrió unos 200 metros y dio aviso a su abuela. “Papá mató a mamá”, le dijo, según relató la fiscalía. A su vez, hubo un llamado al 911 de un vecino.
Luego del femicidio, García huyó. Ocho horas más tarde fue aprehendido en un control policial de rutina en la zona de Los Talas y El Jilguero, en Cabín 9, Pérez. Ya en la Subcomisaría 18ª, confesó haber cometido el crimen, aunque esa declaración no tiene validez judicial.
“Que no se haga pasar por loco, porque no lo está. Lo hizo delante de los tres hijos, la mató sin piedad. Queremos justicia por mi hermana, nos la arrebató”, declaró a El Tres una hermana de la víctima, quien tenía planes de viajar con Camila a Mar del Plata.
De acuerdo con los testimonios familiares, Camila se había separado de García un mes antes del crimen, tras una relación de diez años. En ese tiempo, el hostigamiento hacia ella se intensificó, aunque no todos en su entorno estaban al tanto.
La madre de Camila declaró que nunca llegó a denunciar a su yerno: “Era un hombre de doble cara, un psicópata; cuando íbamos nos trataba bien”. Según contó, recién cuando ya era tarde, su nieta más grande le reveló los tormentos que sufría su hija.
“¿Qué padre va a mostrar a sus hijos cómo mata a su mamá a tiros? No tiene corazón”, reflexionó Ludmila, hermana de Camila.