«El yogur de Cristina»

Continúa de ayer: “Falacia intertemporal de Milei y tensión con Caputo”

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“Este modelo, que ahora encarna Milei, se cae. Y se cae no porque no sea justo o equitativo, sino porque es insostenible en términos económicos, tiene fecha de vencimiento, como el yogur”, dijo Cristina Kirchner por altoparlantes en Plaza de Mayo a sus adherentes. Lo que ya venía repitiendo en distintos discursos de distintas formas: “Milei se cae”.

El fin de semana pasado la columna de Carlos Burgueño en PERFIL titulada “Cómo es la asonada que espera Cristina (que no será ahora)” comenzaba así: “Descarta un 1989 o un 2001. Cree que el modelo de crisis que se aproxima será similar al estallido social chileno de 2019: una revuelta popular postergada, pero inevitable, nacida del ajuste prolongado y el desgaste social. Según su entorno, la motosierra de Milei encenderá la chispa, no por una corrida o hiperinflación, sino por el hartazgo de las mayorías frente a la recesión y la desigualdad”. A un diplomático conocedor del conflicto de 2019 en Chile le preocupa que en Argentina “el odio que se siembra termine en violencia”.

El jueves, el economista Luis Secco planteó en Radio Perfil que los inversores dudan de que el Presidente tenga la estructura política para llevar adelante las reformas y de la subestimación del creciente déficit de cuenta corriente en dólares –sobre el que se profundizó ayer en esta columna–; concluyó: “Yo termino muchas notas con una frase, que es una adaptación de Ortega y Gasset, que es: ‘Mientras tanto, la macro urde su venganza’”.

En el mismo programa, Sebastián Lacunza sintetizó la críticas del informe de la Fundación Pensar, el think tank del PRO, en: “Sin estabilidad no hay nada, pero con la estabilidad sola no alcanza” y colocó la palabra maldita para Milei: consenso. Dijo: “hace falta mucho más que ajuste fiscal, hacen falta reglas, instituciones y consensos” sin las cuales no se podrán hacer las reformas.

Pasó un año del RIGI y de las facultades delegadas al Presidente, que vencen ahora, más un año y medio del Decreto 70/2023, pero hasta ahora solo se concretaron cuatro grandes inversiones, se privatizó solo la empresa Impsa, virtualmente quebrada (se pagaron 27 millones de dólares porque tiene una deuda de 576 millones de dólares) y solo se logró llamar a una sola licitación con iniciativa privada (la ampliación del gasoducto de Vaca Muerta) y, en un año y medio, no se ejecutó ninguna.

Mientras tanto, el ingreso disponible del promedio de los hogares después de pagar los gastos fijos del hogar: la luz, el gas, el transporte, el alquiler y las expensas, es un 10% menor que en noviembre de 2023, se perdió el doble de empleos en el sector privado que en el público (115 mil y 58 mil respectivamente) y menos de la mitad de esos desempleados (75 mil) pasaron a ser cuentapropistas, además de agregarse el récord de 38 mil nuevos juicios laborales. Todos datos del informe de la Fundación Pensar, que generaron como respuesta muchas de las frases de Milei en el reportaje que le realizara Esteban Trebuc, también el jueves, en LN+.

Recomiendo la lectura de la columna de Martín Kohan ayer en PERFIL titulada “Ni creer ni descreer” sobre las declaraciones disparatadas del Presidente como: “Sacamos 10 millones de personas de la pobreza” y la comparación que hace Kohan de parte de la audiencia con el Sancho Panza de Cervantes.

En ese reportaje Milei dijo que Macri premió a Miguel Ángel Pichetto con la candidatura a vicepresidente en 2019 por haber protegido a Cristina Kirchner en el Senado, elevando a lo inverosímil cómo Macri trató de interferir en el sistema judicial, tratando de dañar la reputación republicana del PRO como respuesta al diagnóstico crítico del informe de la Fundación Pensar, y criticó explícitamente a Sebastián Lacunza.

Lacunza coincide con Luis Secco sobre que para hacer las reformas hace falta algo de lo que, se sabe, Milei carece: capacidad de generar consensos, y de allí la desconfianza de los inversores sobre el futuro de la economía porque, aunque La Libertad Avanza venciera en las elecciones de octubre, la cantidad de legisladores que sumará igual lo dejarán en minoría y hasta probablemente en su pelea con sectores aliados termine juntando menos voluntades totales en el Congreso aun con más legisladores propios.

La recuperación económica que se generó a partir de 2002 fue resultado del acuerdo de peronistas y radicales, primero con Duhalde y Alfonsín y luego con la transversalidad de Néstor Kirchner sumando radicales y las estelas del Frente Amplio. Lo que se pueda lograr a los empujones, gritos y decretos tiene el límite que mostró el informe de la Fundación Pensar al año del RIGI, las facultades delegadas y el año y medio del Decreto 70/2023, es decir: no mucho.

No alcanza con ganar un balotaje, luego es necesario convencer a la mayoría de los 257 diputados, 72 senadores y 24 gobernadores. Argentina tiene una Constitución republicana y federal. Resulta sintomático que ahora el gobernador peronista que más pronto y más intensamente se alió con Javier Milei, Osvaldo Jaldo, de Tucumán, ayer saliera a advertirle a Milei: “Que no pretenda el Presidente que le vaya bien al gobierno nacional y a los 23, 24 distritos del interior nos vaya mal. O nos va bien a todos o nos va mal a todos. El Presidente lo tiene que tener claro y no va a poder gobernar si no gobierna con los gobernadores. Que no se equivoque”. Mañana se reúnen los gobernadores, preocupados con la caída en la coparticipación nacional, la baja en el consumo, el aumento del desempleo y la disminución de actividades comerciales e industriales.

Sebastián Lacunza, el mismo día que Milei lo criticaba en LN+, dijo en el reportaje en Radio Perfil que él no cree, como Cristina Kirchner, que el plan económico tenga fecha de vencimiento. Si por su carácter divisionista Milei no pudiera avanzar en más que estabilizar, la condición necesaria, pero no suficiente, tendrá que sucederlo quien tenga la capacidad de generar consenso y reformas, como propuso Gustavo González en su columna del domingo pasado, “¿La hora de un frente republicano?”.

Si la prisión de Cristina Kirchner arrasara cualquier posibilidad de renovación y actualización del peronismo y LLA desmembrara la capacidad electoral competitiva del PRO y sus exaliados, una parte significativa de la sociedad y del mercado demandará la recreación de un centro capaz de consensos que desarticulen hechos como los de Chile en 2019. Como escribió Burgueño, no será en 2025 pero antes de 2027.

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