Descubren en una casa de Mar del Plata un cuadro robado por el nazismo

La Justicia argentina está detrás de la pista del cuadro “Retrato de una Dama”, del artista italiano Giuseppe Ghislandi, propiedad de un galerista judío y que Holanda reclama como robado hace 80 años por un oficial nazi que huyó a Argentina tras la Segunda Guerra Mundial.

La pintura fue descubierta por las fotos publicadas para alquilar la casa donde reside una de las hijas del ya fallecido exoficial nazi Friedrich Kadgien, señalado como un estrecho colaborador de Hermann Göring, alto mando del Tercer Reich.

El caso revela un nuevo capítulo de la historia sobre la huida de nazis a Sudamérica en los 50, con la complicidad de los gobiernos locales que les permitieron radicarse y continuar con sus vidas sin rendir cuentas por los crímenes de guerra.

Por sospecha del delito de encubrimiento por contrabando, la Policía allanó la vivienda marplatense y el fiscal federal Carlos Martínez precisó que la pintura no fue hallada, aunque se secuestraron “otros elementos que podrían servir para la investigación, como armas, algunos grabados, estampas y reproducciones de época”.

Robado durante la ocupación de los nazis

El paradero del cuadro, que la agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos reclama como robado durante la ocupación nazi, fue descubierto por una investigación del diario Algemeen Dagblad, de Rotterdam, a partir de las fotografías del interior de una vivienda a la venta en el sitio de internet de la inmobiliaria Robles Casas y campos de Mar del Plata.

“Retrato de una Dama”, del italiano Giuseppe Ghislandi, era propiedad del coleccionista de arte judío holandés Jacques Goudstikker, quien falleció en un trágico accidente cuando escapaba de los nazis. Sus herederos se vieron forzados a vender las obras a los nazis por un precio muy por debajo del valor de mercado.

No está claro cómo Kadgien, quien se desempeñaba como asesor financiero dentro del régimen nazi, se quedó con la pintura. Tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, escapó primero a Suiza y luego a Sudamérica. Murió en 1978 en Argentina, sin haber sido jamás detenido ni imputado por crímenes de guerra.

“Retrato de una Dama” figura en el banco de datos de Holanda como obra de arte sustraída en la Segunda Guerra Mundial. A partir de la publicación del diario Algemeen Dagblad, Interpol dio alerta a las autoridades argentinas.

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