El caso es seguido de cerca por la Dirección General de la Policía del Chaco y la Dirección de Zona de Sáenz Peña, a cargo del comisario Juan Carlos Kowalski, cuyos agentes encontraron la moto de Gabriela abandonada tras ser completamente quemada.
Los investigadores policiales consideraron que la moto podría haber sido prendida fuego por el asesino y sus secuaces en un intento de tapar pruebas del presunto femicidio.