Airbag brilló en el Luna Park con un show histórico y cerró una serie de noches a puro rock

Airbag brilló en el Luna Park. Tal como prometen en su canción «Como un diamante«, la banda conformada por los hermanos Sardelli (Patricio -Pato-, Guido y Gastón) cerró este viernes su sexto show en el estadio, en una serie de noches interminables de rock donde reunieron a más de 60 mil fanáticos e hicieron un repaso por su carrera musical con distintos setlists, improvisaciones, reversiones e invitados de lujo.

“Venimos a Vélez y tenemos ganas de volver al Luna Park, fuimos hace poco a un evento, nos miramos y decidimos volver tocar acá. Hemos pasado grandes noches ahí y tenemos ganas de tocar y encontrarnos de nuevo con la gente”, anunció el grupo luego de cerrar el 2023 con un show bisagra en su carrera, llenando el Estadio Vélez y sacudiendo Buenos Aires con su música. De esa manera, se oficializó una noticia que los seguidores estaban esperando hacía tiempo: volver a ver a Airbag en el Luna Park, lo cual fue posible el 29 de febrero; 1, 9, 10 y 22 de marzo y 26 de abril, todos con entradas agotadas.

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Si bien no volverán a tocar el Luna Park, el conjunto continuará su gira durante mayo y junio en distintos puntos del país. En ese sentido, sus próximos destinos son Tandil, Mar del Plata, Córdoba, Santa Fe, Rosario, La Plata, Mendoza y San Juan.

«No sabemos cuándo volvemos acá al Luna, así que vamos a pasarla bien, a disfrutarlo. Hoy es histórico, así que quiero que esta noche sea memorable para todos«, expresó Pato junto a sus hermanos momentos antes de que inicie el show. Ese fue el pie a un espectáculo de dos horas y media donde la escenografía estuvo compuesta por pantallas gigantes, un juego de luces que variaban de acuerdo a la intensidad o emotividad de las canciones, columnas de humo y una lluvia de papeles; además de los típicos pogos y cánticos del público como «El que no salta es un inglés«.

Un show cargado de saltos y pogos al ritmo de la música

Como no podía ser de otra manera, a las 21 se apagaron todas las luces del lugar y comenzó a sonar «Cabalgata de las valquirias«, de Richard Wagner. En medio de los vitoreos y ovaciones de los presentes, uno a uno aparecieron los integrantes y comenzó a sonar el primer tema de la noche: «Como un diamante«, motivado por el grito de Pato de «Dale que es el último, wacho». El tema reza en su primera estrofa «Hoy brillás en el Luna Park/Las luces están esperando por vos/No podés fallar, no pueden parar/Ese fuego en vos que nos incendia hoy«, un resumen de la energía de la noche.

Con la misma intensidad tanto de la banda como del público, le siguieron «Un día diferente» y «Tu locura«, ambos temas acompañados por aplausos, gritos y pogos en sus estribillos. «Me chupa un huevo estar perdido. Lo que importa es esto, estar acá con música«, manifestó Pato, dando así inicio a «Perdido«. Todas esas pistas estuvieron complementadas por luces azules y columnas de humo en los estribillos, mientras los integrantes de la banda recorrían el escenario de una punta a la otra para interactuar con el público.

Airbag en el Luna Park

Al finalizar, las luces se apagaron y un único foco se centró en Guido, que comenzó a entonar de manera solista las primeras estrofas de «Multitud«, que funcionó como acople para la próxima pista. Luego, aparecieron sus hermanos y el color de la iluminación cambió a rojo para reflejar la intensidad de «Intoxicarme«, que, fiel a su letra, hizo mover el suelo que iban pisando los presentes.

En contraste con esa energía, las luces se volvieron azules y se vivió uno de los momentos más emotivos de la noche. Tras una previa donde Pato se lució con la guitarra criolla, fue el turno de «Va a ser difícil olvidar«, en lo que pareció ser una versión más acústica de la canción, acompañada por las linternas de los celulares que iluminaban el estadio.

Airbag en el Luna Park

Sin embargo, la intensidad y los pogos volvieron a tope con «Vivamos el momento» y «Noches de insomnio«; aunque después se armonizó otra vez con «Pensamientos«, también precedida por un solo de guitarra de Pato y el canto de los fanáticos, quienes comenzaron a entonar el estribillo antes de que el músico empezara a cantar y los invitara a seguir coreando.

Con «Bajos instintos«, una de las más pedidas por el público, la energía alcanzó uno de sus puntos máximos y en la pantalla se podía ver un leopardo correr, alternado la imagen por relámpagos. A lo largo de la noche, fue habitual ese contraste entre las canciones más rockeras (donde las luces solían ser rojas) para continuar con temas más tranquilos (con iluminación azul), siempre unidos al entusiasmo de los fanáticos.

La alternancia entre el rock y lo acústico

Airbag en el Luna Park

Casi a mitad de la noche y con un whisky en mano, Pato dejó la guitarra para tocar el piano. Antes de continuar con el setlist, el músico interpretó los soundtracks icónicos de las películas Volver al futuro y Halloween, así como el mítico tango «La cumparsita«, de Gerardo Matos Rodríguez. Tras ese breve interludio, fue el turno de «Otoño del 82«, que estuvo acompañada por las palmas de los espectadores.

Para «Apocalipsis confort«, Pato volvió a la guitarra eléctrica. Acorde a la letra de la canción, en la pantalla se podían ver aviones y buques de guerra, mientras que columnas de humo aparecían en los versos más sonados. En tanto, con «Huracán«, para la cual los hermanos Sardelli portaron máscaras de esqueletos, se vivió un verdadero torbellino en el público, con gritos, pogos y distintos círculos de baile entre la multitud.

Airbag en el Luna Park

Luego llegó «Nunca lo olvides«, donde la intensidad volvió a bajar y los presentes movían los brazos al ritmo de la canción, a la par que acompañaban con las linternas de sus celulares. No obstante, bastó con que pato dijera «Tengo un presentimiento», primer verso del siguiente tema, para que el público estallara al ritmo de «Cuchillos guantanamera«. En «Diez después«, fue el turno de Guido de ir al piano, en otro de los instantes de mayor intimidad con la audiencia.

«Esta es una historia de una vieja amiga. Pero, en este caso, se la quiero dedicar a todos esos que a veces porque tienen plata cambian su forma de ser. Ese amigo del barrio que la pegó y ahora no te contesta más, no te habla más, se hace el estrella. Todos tenemos algún amigo, pero hay que perdonarlo porque es golpe es duro. Y acá somos siempre los mismos«, fue la introducción que Pato le dio a «La moda del montón«, una de las más ovacionadas y acompañada con pogos y círculos de baile.

Airbag en el Luna Park

Cuando fue el turno de «Cae el sol«, uno de los himnos de Airbag, el público estalló. «Por un tiempo no nos vamos a ver más acá en Capital, así que quiero que me acompañen en el ritual de siempre«, exclamó Pato y dio pie a uno de los momentos de mayor conexión con los fanáticos. De esa manera, invitó a los presentes a entonar junto a él el último estribillo, a la par que pidió que apaguen todas las luces así los flashes de los celulares iluminaban la escena.

El cierre de una velada «bailando en el Luna Park»

El último tramo del recital fue el más movido del show. Durante «Motor enfermo (Frankenstein)» apareció el «amigo Franki», un inflable gigante del monstruo de la novela de Mary Shelley. La multitud estaba enloquecida, flameando banderas, saltando, cantando a los gritos y subiéndose a los hombros de sus amigos para poder ver mejor. En tanto, los hermanos Sardelli tocaban apasionadamente mientras columnas de humo aparecían al inicio de las estrofas más aclamadas.

Tomando un sorbo de whisky, Pato anunció que la siguiente pista se trataba de «una historia». Ese fue la antesala de «Por mil noches«, otra de las canciones icónicas de Airbag, con la particularidad de que en las últimas estrofas el guitarrista dejó su instrumento para tocar una armónica. Hacia el final, al igual que con «Cae el sol», se vivió una de las interacciones más profundas con los fanáticos: se apagaron las luces y la gente comenzó a cantar bajo la luz de las linternas de los celulares. Asimismo, el vocalista cambió el último verso y dijo «desde el día en que los conocí» (en lugar de «que te conocí»), dedicándosela a sus fanáticos.

Airbag en el Luna Park

Luego, en su clásico solo de guitarra, Pato utilizó un casco medieval y, tras alternar entre distintas pistas, finalizó con el Himno Nacional Argentino, que fue coreado por la audiencia que saltaba enérgicamente. Ese fue el enganche para «Colombiana«, donde los otros integrantes de la banda aparecieron en escena. La canción fue una de las más aclamadas por el público, especialmente el femenino, siendo que muchas jóvenes estaban subidas a los hombros de algunos de los presentes mientras ondeaban banderas o sus remeras.

Después fue el turno de «Kalashnikov«, interpretada por el menor de los Sardelli, y la luz se tiñó de verde. Al igual que en las otras funciones, antes de entonar el estribillo, mencionó su muletilla de «disco, disco, disco, champagne«, uno de los momentos más esperados por el público. Sumado a esto, modificó uno de los versos y cantó: «Moverse, moverse/Cuestión de vida o muerte/Bailando en el Luna Park» (en reemplazo de «en esta ciudad»). «A la cuenta de tres explota el Luna Park», indicó, instando a los presentes a saltar y cantar aún más.

Airbag en el Luna Park

Le siguió «Cicatrices«, el último de los momentos más acústicos de la noche, pero no por eso menos vigorizado. Con «Solo aquí«, uno de los temas clásicos de Airbag, la multitud explotó nuevamente. Acto seguido, el show finalizó con «Mi sensación«, siendo que los fanáticos corearon a los gritos todos los versos. En medio de la interpretación, hubo una lluvia de papeles y cintas plateadas, que motivó a los espectadores a cantar todavía con más pasión.

Al cierre del recital, comenzó a sonar el tango «Por una cabeza«, de Carlos Gardel, y los hermanos Sardelli hicieron una reverencia. «Nos vemos donde sea, cuando sea. El paraíso es ustedes. Gracias», expresó Guido emocionado. De esa manera, se coronó la última noche de una serie de conciertos en el Luna Park que explotaron con el rock auténtico de Airbag.

Gi

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