Barcelona, 16 ene (EFE).- Un retrato del bailarín Antonio Gades no reproducido hasta ahora, imágenes inéditas de la Rambla de Barcelona y varias copias originales, revisadas por el autor antes de fallecer en marzo del año pasado, protagonizan la nueva exposición de Foto Colectania, ‘Ramón Masats. El fotógrafo silencioso’.
El comisario de la muestra, Pepe Font de Mora, acompañado por la hija de Masats, Sonia, así como por el experto en la obra del artista, Jaume Fuster, ha presentado este jueves este proyecto, un homenaje a un fotógrafo «humanista», el mas influyente de la generación de los años sesenta del siglo pasado, de quien se ofrece una «nueva mirada», gracias, entre otras, a las fotografías originales de época de su fotolibro ‘Sanfermines’.
No ha dudado Font de Mora en afirmar que se trata de una exposición «muy especial», con un total de 140 fotografías de sus series más icónicas, en la que ha tenido la «enorme suerte» de manejar la «máxima documentación posible» y de contar en todo momento con la colaboración de Sonia Masats, quien en los últimos años de vida de su progenitor le insistió, junto al también fotógrafo Chema Conesa, a que repasara todo su archivo de negativos.
Gracias a este hecho, se «revisaron 900 hojas de contacto» y ahora se ha podido armar esta exposición con imágenes de la primera época del fotógrafo, entre 1953 y 1965, una vez decidió que no quería continuar en el negocio de pesca salada de su familia y le sisara a su padre un dinero con el que compró su primera cámara, una Retina II, diciéndole que le había tocado en una tómbola.
Sonia Masats ha rememorado que se implicó de «manera casual» en la revisión del archivo durante la pandemia, porque hasta ese momento su vida «iba por otros caminos», pero en aquellos días de estar en casa empezaron juntos a mirar copias en el estudio, de manera que todas las imágenes que se muestran ahora fueron aprobadas por su autor.
«Hacía tiempo que su archivo no estaba tan vivo», ha proclamado Sonia Masats, quien ha querido destacar que fue un placer trabajar con Ramón. «Maestro, va por ti», ha concluido emocionada.
Jaume Fuster, por su parte, ha sostenido que el trabajo que se muestra en Foto Colectania, que abarca doce años, tiene «una potencia en extensión que muchas personas en una vida entera no podrán conseguir».
«Doce años disparando con la misma calidad. Es algo increíble en una persona sin ninguna preparación formal, aunque desde el primer momento en que cogió una máquina de fotos supo lo que tenía que hacer. La mirada de Ramón se resume en su perfección formal y estética, en su ironía y su socarronería», ha precisado.
En el recorrido expositivo destacan, asimismo, las fotografías de su libro ‘Neutral Corner’, con textos de Ignacio Aldecoa, publicado en 1962 por Lumen, sobre el mundo del boxeo, del que lo desconocía todo y fue Aldecoa quien le introdujo en el ambiente pugilístico de Madrid, visitando al principio los gimnasios -con sus manchas de humedad en la pared- y luego ya concretando sesiones fotográficas con los boxeadores.
Masats fue cronista de la España de la dictadura franquista, con imágenes que huyen del estereotipo y el encasillamiento, aunque como otros miembros de su generación como Oriol Maspons, no apostara por la fotografía de protesta social.
Sin embargo, según Pepe Font de Mora, «hizo fotos que sabía que no se podían imprimir, pero se las guardó para sí mismo, imágenes excepcionales».
Empezó en el oficio a principios de los años cincuenta, en blanco y negro, buscando «captar la esencia de la sociedad española», con un «enfoque radical e irónico sobre los tópicos de la cultura de posguerra», participando en los movimientos de renovación de la fotografía.
Al principio titubeó sobre si dedicarse a la fotografía de formas o al reportaje, pero optó por el fotoperiodismo, primero en Barcelona y, desde mediados de los años cincuenta en Madrid, donde trabajó en medios como Gaceta Ilustrada y La Actualidad Española.
Dejó durante dieciocho años la fotografía para dedicarse al cine y la televisión, pero en 1981 retomó el oficio, con imágenes en color, aunque en esta exposición no se ahonda en ellas.
En cambio, sí se incluyen instantáneas del libro ‘Viejas historias de Castilla la Vieja’, con textos de Miguel Delibes, que son «dulces, tiernos y nostálgicos», según Fuster, mientras que Masats «nunca trató el campo desde un punto de vista bucólico o nostálgico».
Durante la presentación, Sonia Masats no ha escondido que hay «muchos» negativos de su padre que han desaparecido y ya no existen, especialmente, porque trabajó para revistas y entregaba solo copias. EFE
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