Riesgos en un gasoducto clave y otros secretos empresarios

Allí donde no debería haber piedras en el camino como en Vaca Muerta, el sector energético lamenta que en el Gobierno “no se empuje el lápiz en los detalles” para evitar lo que sucede: para poder sacar más rápido el gas y petróleo y así no pagar el gas importado a US$ 20 el millón de BTU cuando al productor local le reconocen US$ 1,3. Un dato: el tren que va de Bahía Blanca a Neuquén marcha a 10 kilómetros por hora, entre otros inconvenientes que hacen a las fallas de infraestructura donde están las mayores riquezas del país.

Y hay otra preocupación que crece al calor de la falta de gas boliviano que afectará a las provincias del Norte. La reversión del Gasoducto Norte ya tiene los caños y las soldaduras en los 100 kilómetros de extensión. Pero no está lista la imprescindible reversión del sentido de flujo por parte de cuatro plantas compresoras. Esa obra quedó a cargo de Esuco, la firma de Carlos Wagner, uno de los “arrepentidos” en el caso de los cuadernos de las coimas.

“El gobierno de Milei es infrecuente y genera asombro en el mundo, pero necesita un efecto demostración. Los extranjeros no van a venir, tienen que ser los propios argentinos quienes validen”, soltó el politólogo Andrés Malamud al recordar que Argentina es uno de los cinco países con la mayor tenencia individual de dólares. Durante su exposición en Forum, organizado por Líderes TV y Editorial Mañana Profesional, en el Sheraton, los CEO mencionaban su otra preocupación: una brecha que se estiró al 50% y traba la economía, mientras criticaban las peleas con China y Brasil, principales socios comerciales. La canciller Diana Mondino intentó aplacar: “Una economía que está atrapada en sus propios problemas macroeconómicos, en su sistema aduanero, en el sistema arancelario, no crece. Y estamos tratando de quitar la mayor cantidad de barreras lo más rápido posible”, les prometió.

En un documento titulado “Sistemas alimentarios fallidos y otras narrativas”, el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) recogió el guante ante el dedo acusador hacia la agricultura como una de las causantes del cambio climático. Dependiente de la OEA, con sede en Costa Rica y dirigido por el argentino Manuel Otero, propone un enfoque que considere no solo los costos, sino que tenga en cuenta los beneficios del funcionamiento de esos sistemas productivos. El trabajo dirigido por Eugenio Díaz Bonilla analiza el rendimiento global de los sistemas alimentarios y su eficiencia, y analiza la emisión de gases contaminantes, la deforestación, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad para insistir en la necesidad de prácticas agrícolas más sostenibles. En la presentación, el ministro de Agricultura uruguayo Fernando Mattos, habló de la doble vara y el proteccionismo hacia la región.

Entre los argentinos al mando de corporaciones globales como Juan Luciano, CEO global de ADM, el coloso de EE.UU. en el negocio de alimentos, también titila Martín Tolcachir, de la española Dia. En lo que es poco frecuente, esa cadena de autoservicios de cercanía comentó sus resultados en el país. En 2023 tuvo un beneficio de 6 millones de euros, y duplicó su Ebitda (ganancias antes de impuestos y amortizaciones). Llevan 25 años que permitieron “afrontar un contexto macroeconómico complejo”.